LO ESENCIAL
- Durante mucho tiempo, la investigación convencional asumió que las respuestas al miedo a las arañas, a las alturas y a hablar en público se manifestaban de manera similar en el cerebro.
- Sin embargo, un nuevo estudio muestra que la inmensa mayoría de las regiones del cerebro que predicen el miedo sólo lo hacen en determinadas situaciones.
- Según los autores, estos resultados sugieren que las terapias conductuales e incluso farmacológicas también deben adaptarse a la persona y la situación.
“Hay una historia en la literatura que dice que las regiones del cerebro que predicen el miedo son cosas como la amígdala, el área de la corteza frontal orbital o el tronco del encéfalo. Se cree que son parte del llamado ‘circuito del miedo’. ‘Ese ha sido un modelo muy dominante en la neurociencia durante décadas”, afirmó Ajay Satpute, profesor de psicología de la Universidad Northeastern (Estados Unidos). Sin embargo, no está claro hasta qué punto los predictores neuronales del miedo dependen del contexto situacional o se generalizan al mismo. Por eso el investigador y su equipo realizaron un estudio publicado en la revista La revista de neurociencia.
La respuesta neuronal ante cada tipo de escenario activa diferentes áreas cerebrales
Como parte de esta investigación, los científicos observaron la actividad cerebral ante tres escenarios distintos que se cree que evocan diferentes tipos de miedo: alturas y alturas, arañas y “amenazas sociales” (hablar en público, enfrentamientos con la policía). Para realizar el trabajo reclutaron a 21 adultos, entre ellos 10 mujeres y 11 hombres, quienes tuvieron que responder un cuestionario sobre las cosas que les asustaban. Luego, los participantes se sometieron a una resonancia magnética mientras veían videos de 20 segundos que mostraban tarántulas, salientes empinados mientras caminaban o reuniones sociales. Al final de la visualización, se les pidió que calificaran su miedo, valencia (el grado en que una experiencia es placentera o desagradable) y excitación.
Los autores observaron dos cosas: las respuestas de miedo ocurrieron en una gama más amplia de regiones del cerebro de lo esperado. Sin embargo, no todas las regiones del cerebro respondieron en las tres situaciones. “La amígdala, por ejemplo, parecía contener información que predecía el miedo en el contexto de las alturas y el vacío, pero no en algunos de los otros contextos. No vemos estas llamadas ‘zonas de amenaza clásicas’ involucradas en la predicción de miedo en diferentes situaciones”dijo Ajay Satpute.
Adaptar las terapias conductuales y farmacológicas a cada persona y situación
Según él, estos resultados sugieren que las intervenciones también deben adaptarse a la persona y a la situación, ya que esto podría tener un impacto en las terapias conductuales, pero también, mucho más tarde, en las terapias farmacológicas. “Los medicamentos que se dirigen a un circuito particular funcionan, pero sólo para alrededor del 50% de las personas. Realmente no sabemos por qué. Nuestra investigación ofrece al menos una explicación: las regiones del cerebro que son importantes para cualquier experiencia emocional variarán dependiendo de la persona. y la situación, si sólo te centras en lo común, ignoras muchas cosas. concluyó el autor principal del estudio.
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