Un nuevo enfoque terapéutico revelado por investigadores de Niza.

Un nuevo enfoque terapéutico revelado por investigadores de Niza.
Un nuevo enfoque terapéutico revelado por investigadores de Niza.
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No estamos indefensos cuando se trata del cáncer. Casi todas las especies animales, incluida la humana, tienen barreras naturales contra la proliferación descontrolada de células. Por lo tanto, para volverse cancerosas, las células deben eludir estos mecanismos de protección. La más conocida de ellas, la senescencia, involucra los telómeros, una especie de “tapa” ubicada al final de nuestros cromosomas. “Desempeñan un papel crucial en el desarrollo de los cánceres. Normalmente, con cada división celular, los telómeros se acortan. Cuando se vuelven demasiado cortas, las células dejan de dividirse, mueren o se convierten en células no cancerosas”.explica Miguel Godinho Ferreira, director de investigación del IRCAN (Instituto de Investigación sobre el Cáncer y el Envejecimiento) de Niza.

Para sortear esta barrera natural, la mayoría de los cánceres (alrededor del 90%) utilizan una enzima llamada telomerasa, capaz de alargar sus telómeros. “Prueba de la necesidad de la telomerasa para el desarrollo de tumores, las mutaciones que inducen la expresión de esta enzima ahora se reconocen como la alteración genética más común en todos los cánceres. continúa el investigador, reconocido mundialmente por su trabajo sobre estos mecanismos cruciales. Por el contrario, ciertos cánceres, como el neuroblastoma, que carecen de mecanismos de mantenimiento de los telómeros, suelen tener un mejor pronóstico porque regresan espontáneamente o son más fáciles de tratar”.

Telomerasa, imprescindible en estadios avanzados

Aunque el conocimiento sobre estos procesos continúa acumulándose, persiste una pregunta importante: “Aún no sabemos en qué momento preciso del desarrollo de un tumor los mecanismos de mantenimiento de los telómeros se vuelven imprescindibles”.

Para responder a esta pregunta, Miguel Godinho Ferreira y su equipo estudiaron la aparición de melanomas (cánceres de piel) en el pez cebra, un modelo ampliamente utilizado para explorar las vías moleculares del cáncer.

Una nueva ruta terapéutica

“Nuestro trabajo ha demostrado que los melanomas, en sus primeras etapas, pueden desarrollarse sin activar estos mecanismos; los tumores se forman y progresan normalmente, incluso sin telomerasa. Es sólo en fases avanzadas, cuando los telómeros alcanzan un tamaño crítico, la telomerasa se vuelve imprescindible. Luego, las células cancerosas deben reactivar esta enzima para continuar dividiéndose. Si no lo hacen, el crecimiento del tumor se detiene y los tumores pueden incluso retroceder o incluso desaparecer.

Estos descubrimientos abren nuevas vías terapéuticas: podría ser posible atacar la telomerasa en el momento adecuado o reforzar la respuesta inmunitaria. “Además de su papel en el crecimiento del cáncer, los mecanismos de mantenimiento de los telómeros también pueden influir en la respuesta a las inmunoterapias. [traitements qui stimulent le système immunitaire pour combattre le cancer, N.D.L.R.]. Algunos cánceres activan la telomerasa muy temprano, lo que los hace más resistentes a la inmunoterapia”.

Los descubrimientos del equipo de científicos de Niza se publicaron el pasado mes de diciembre en la excelente revista Informes celularesprueba de su importancia.

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