Este fue un estudio muy esperado. Este programa nacional de investigación fue lanzado un año después de los atentados de noviembre de 2015, para estudiar la construcción y evolución de la memoria de los atentados, por parte del Inserm, el CNRS y la Universidad HESAM.
Se trata de un estudio sin precedentes en cuanto a su muestra: todas las víctimas del Bataclan estuvieron expuestas al mismo acontecimiento trágico, mientras que, en general, los estudios sobre el estrés postraumático incluyen a menudo a víctimas de la guerra, que han vivido experiencias mucho más heterogéneas. Los investigadores, neurocientíficos y especialistas en psicología experimental, pudieron seguirlos más de 10 años después del ataque. 100 víctimas de Bataclan aceptaron participar. Entre ellos, 57 padecían, o padecen aún, trastorno de estrés postraumático.
¿Qué encontraron los investigadores?
Un vínculo entre este trastorno y un fallo de ciertos mecanismos cerebrales. El trastorno de estrés postraumático da como resultado recuerdos que regresan sin poder controlarlos, pensamientos que surgen todo el tiempo, flashbacks, pesadillas. Las víctimas reviven constantemente el ataque.
Los investigadores comprobaron que en este caso no sólo se hiperestimula la memoria asociada al ataque: los investigadores observaron una alteración en los mecanismos de control de los recuerdos, incluso de aquellos que no tienen nada que ver con el trauma. Ven una degradación de la memoria incluso en pensamientos triviales: el control del cerebro ya no funciona bien.
¿Observan que estos mecanismos cerebrales se restablecen cuando las víctimas se recuperan del trastorno de estrés postraumático?
Sí, incluso vieron que la restauración de este control de la memoria ocurre antes de la remisión. El sistema se repara a sí mismo y luego los pensamientos intrusivos desaparecen. Sin que todavía sea posible concluir un vínculo de causa y efecto.
Pero esto ya da ideas para nuevos protocolos de tratamiento: el trastorno de estrés postraumático podría tratarse trabajando en pensamientos distintos a los del shock traumático. Hoy en día, la mayoría de las terapias implican el recuerdo: se pide a los pacientes que cuenten el ataque o el accidente que los traumatizó, algo que es difícil de soportar: el 30% de los pacientes se detiene porque les resulta demasiado difícil.
El estudio de las víctimas de Bataclan abre una nueva vía, la de poder volver a muscular el cerebro de alguna manera, trabajando con diferentes protocolos.
Incluso más allá del trastorno de shock postraumático, este estudio muestra la importancia de estos mecanismos de control de la memoria, de estos mecanismos de olvido: están activos, podemos controlarlos, al contrario de lo que pensábamos hasta entonces.