Según la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES), la cafeína actúa sobre nuestro organismo “ contrarrestando el efecto sedante debido a la activación de ciertos receptores presentes en el cerebro ».
Por tanto, aumentará nuestro estado de alerta durante las horas siguientes a su consumo, con un potencial impacto en nuestro sueño, entre retraso en conciliar el sueño y reducción del tiempo y/o de su calidad.
Hasta tal punto que algunas personas ven seriamente afectada su noche incluso con la más mínima gota de café ingerida después de las 5 o 6 de la tarde….
Metabolismo lento de la cafeína.
Porque los efectos parecen variar mucho de una persona a otra. Y con razón, según el caso, el metabolismo de la cafeína puede ralentizarse.
En términos generales, esto significa que permanecerá más tiempo en nuestro cuerpo y, en consecuencia, sus efectos se amplificarán. Diferentes parámetros pueden ser la causa de esta ralentización, como por ejemplo:
- estado de salud : enfermedades hepáticas, enfermedades psiquiátricas, hipertensión arterial, incontinencia urinaria y fecal e incluso úlceras; en determinadas condiciones, el metabolismo de la cafeína se ve afectado;
- edad: Los autores muestran que las personas mayores eliminan la cafeína de su cuerpo más lentamente que las personas más jóvenes. La razón estaría en determinadas enzimas hepáticas que metabolizan la cafeína y que, con la edad, se vuelven menos efectivas;
- factores genéticos : los estudios sugieren que una variación genética (de los receptores del gen ADORA2A) podría determinar la sensibilidad individual a los efectos de la cafeína en el sueño.
El tabaco también, pero…
En cuanto a fumar, también influiría en el metabolismo de la cafeína, no ralentizándolo sino acelerándolo. Esta vez, se cree que está involucrada una proteína llamada CYP1A2. Por cierto, los estudios informan de una correlación entre el consumo de cigarrillos y el consumo de café: cuando el primero aumenta, ¡también aumenta el segundo!
En cualquier caso, tal y como recomienda la Dra. Elizabeth Ko, Eve Glazier del University College of San Francisco (UCLA), “ Cuando una persona se vuelve sensible a la cafeína, puede ser necesario repensar su consumo para evitar efectos no deseados. Para controlar la sensibilidad a la cafeína, intente limitarse a una taza por día. ».
