LO ESENCIAL
- Un estudio australiano demuestra que una dieta saludable puede reducir la intensidad del dolor crónico, independientemente del peso, cuyo exceso es un factor de riesgo conocido.
- Al seguir una dieta rica en verduras, frutas, cereales integrales y carnes magras, el dolor tiende a disminuir, especialmente en las mujeres.
- Las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de los alimentos podrían explicar este efecto, aunque el vínculo causal aún está por determinar.
En Francia, casi 12 millones de adultos padecen dolores crónicos, según la Alta Autoridad Sanitaria (HAS). Definido como un dolor persistente que dura más de tres meses, puede deberse a diversas afecciones como artritis, migrañas o problemas de espalda. Invisible pero omnipresente, afecta la capacidad de trabajar, moverse o disfrutar la vida al máximo.
Sin embargo, si bien los tratamientos farmacológicos suelen ser necesarios, las intervenciones en el estilo de vida, como la adopción de una dieta sana y equilibrada, también pueden ser eficaces, al menos además, para aliviar el dolor crónico. Ésta es la conclusión de un nuevo estudio de la Universidad de Australia del Sur, publicado en la revista Investigación nutricional.
Una dieta saludable para el dolor
Los investigadores descubrieron que seguir las recomendaciones dietéticas australianas (una dieta rica en frutas y verduras, cereales integrales, carnes magras y productos lácteos) se asociaba con una reducción en la intensidad del dolor corporal. Esta correlación se observa particularmente en las mujeres, independientemente del peso o la composición corporal: quienes se benefician de una dieta de mejor calidad tienen niveles más bajos de dolor, así como una mejor función física. Aunque notable, este efecto sigue siendo menos marcado en los hombres.
“Cambiar la dieta puede ser una solución adicional para las personas que padecen dolor crónico, explica la estudiante de doctorado Sue Ward, coautora del estudio, en un comunicado de prensa. Nuestros resultados muestran que la calidad de la dieta tiene un impacto directo en los niveles de dolor, independientemente de la masa corporal. Es importante tener esto en cuenta porque el sobrepeso o la obesidad es un factor de riesgo conocido para el dolor crónico”.
Propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Los investigadores sugieren que las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de los alimentos saludables, ricos en nutrientes esenciales, podrían explicar esta reducción del dolor. Otros estudios han demostrado en particular que la dieta mediterránea, rica en alimentos antiinflamatorios, ácidos grasos omega-3 que se encuentran en pescados grasos como el salmón y la linaza, así como en antioxidantes que se encuentran en frutas y verduras, puede tener un efecto calmante sobre la inflamación y, por lo tanto, dolor.
Pero según los científicos, la relación causal aún no se ha aclarado: “Aún no podemos determinar si es la mala alimentación la que genera más dolor o si es el dolor lo que lleva a comer de forma menos saludable”.