De hecho, esta es la primera vez que un equipo logra visualizar toda la red de vasos sanguíneos a lo largo de la corteza. La investigación en ratones revela que los vasos sanguíneos se expanden y contraen rítmicamente, formando “ondas” que viajan por la superficie del cerebro. A pesar de estos descubrimientos, el proceso que permite estas ondas sigue siendo un misterio.
Una red de vasos elásticos que bombean sangre activamente.
El estudio utiliza métodos experimentales y análisis físicos y revela que:
- Además de los pulsos de flujo sanguíneo que ocurren con cada latido del corazón, ondas más lentas de flujo sanguíneo pasan a través del cerebro y ocurren aproximadamente cada 10 segundos;
- el cambio en el flujo sanguíneo provocado por estas ondas representa hasta el 20% del suministro total de sangre al cerebro;
- este fenómeno parece sólo débilmente relacionado con cambios en la actividad cerebral;
- esta red de vasos atraviesa la superficie del cerebro antes de ingresar a la corteza;
- allí, alimenta una segunda red de capilares que lleva oxígeno más profundamente a los tejidos.
Ondas que alimentan y eliminan: las ondas producen protuberancias visibles en los vasos sanguíneos, estas protuberancias facilitan que el líquido se mezcle alrededor de las células cerebrales. Esto tiene implicaciones sobre cómo se eliminan los desechos y otros materiales del líquido que rodea las células cerebrales. Estos pulsos de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos no sólo ayudan a mezclar el líquido que rodea a las células, sino que también parecen ayudar a eliminar las proteínas mal plegadas y otros componentes del cerebro al líquido cefalorraquídeo.
Un importante mecanismo de protección:Por tanto, los vasos y capilares participan en este mecanismo de protección “natural” y “glifático” frente a diversos trastornos neurológicos, como la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
Finalmente, estos resultados, que pueden parecer muy fundamentales, han Implicaciones clínicas para la interpretación de los análisis de fMRI., que miden los cambios en la oxigenación de la sangre en las estructuras cerebrales a medida que se activan. El hecho de que estas ondas de cambios en el flujo sanguíneo ocurran independientemente de la actividad cerebral sugiere un nuevo nivel de complejidad que ahora debería tenerse en cuenta al interpretar el vínculo entre los datos de la resonancia magnética funcional y la activación cerebral.
