En los últimos años muchas personas han decidido sustituir la leche de vaca por leches de origen vegetal como leche de soja, leche de avena, etc. Pero la Organización Mundial de la Salud advierte sobre esta sustitución: “La creciente popularidad y disponibilidad de alternativas de origen vegetal a las principales fuentes de yodo, como la leche, los productos lácteos y el pescado, contribuyen a la persistente ingesta insuficiente de yodo en la Región Europea de la OMS.“.
Las bebidas vegetales alternativas no necesariamente aportan suficiente yodo, lo que puede provocar una deficiencia y afectar especialmente a la salud de las mujeres embarazadas que tienen mayores necesidades de yodo. De hecho, una ingesta suficiente de yodo es importante para el desarrollo cerebral del feto durante los primeros meses de embarazo. En concreto, para una mujer embarazada o en período de lactancia, la ingesta satisfactoria de yodo es de 200 µg/día. “El yodo es esencial para la síntesis de hormonas tiroideas que juegan un papel fundamental en los procesos de crecimiento y maduración de las células, mantenimiento de la temperatura corporal, regulación del gasto energético y síntesis de proteínas.“, detalla ANSES.
Trastornos de la tiroides
“El cambio hacia alternativas lácteas de origen vegetal, particularmente entre las mujeres, que ya corren un mayor riesgo de sufrir deficiencia de yodo y enfermedades de la tiroides que los hombres, es motivo de preocupación para su dieta yodada, particularmente en países que dependen de la leche como fuente de yodo, ya que la mayoría de las alternativas lácteas no lo contienen“, advirtió el Dr. Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa.
La deficiencia de yodo se asocia con un aumento del volumen tiroideo con aparición de bocio. “La deficiencia de yodo también aumenta la frecuencia de trastornos tiroideos prevenibles, como nódulos tiroideos, bocio multinodular e hipertiroidismo, especialmente en adultos. y los ancianos“, añade la OMS.
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