Un tratamiento prometedor
¿Conoce la tirzepatida? Es el ingrediente activo de Mounjaro, el nuevo fármaco contra la obesidad de Eli Lilly, recientemente aprobado en Hong Kong.
Este tratamiento está dirigido específicamente a adultos menores de 65 años que padecen obesidad, definida por un índice de masa corporal (IMC) de 30 kg/m² o más, así como a personas con sobrepeso (IMC de 27 kg/m²). o más) y que tienen problemas de salud relacionados, como hipertensión o diabetes tipo 2. Se recomienda para quienes han agotado otras opciones, como cambios en la dieta y ejercicio.
El tratamiento se administra mediante inyección subcutánea una vez a la semana, utilizando un práctico dispositivo llamado KwikPen, un tipo de jeringa, que facilita su uso por parte de los pacientes.
Su particularidad radica en su doble acción terapéutica, dirigida tanto al receptor hormonal GLP-1 (péptido similar al glucagón-1) como al receptor hormonal GIP (polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa).
En concreto, al actuar sobre el sistema nervioso central a través de estos dos receptores hormonales, Mounjaro ayuda a reducir el apetito y reforzar la sensación de saciedad. Al mismo tiempo, mejora el control del azúcar en sangre al estimular la producción de insulina y al mismo tiempo disminuir la liberación de glucosa del hígado. Todo esto contribuye a una pérdida de peso significativa.
Mounjaro u Ozempic, ¿quién será el ganador?
Esta hazaña médica asusta al principal competidor de Eli Lilly, que no es otro que el líder danés Novo Nordisk.
De hecho, en un panorama farmacéutico ya saturado, Mounjaro destaca por su mecanismo de acción único. Si bien los medicamentos de la competencia como Ozempic y Saxenda (ambos desarrollados por Novo Nordisk) han ganado popularidad, Mounjaro se destaca por apuntar a dos receptores hormonales simultáneamente, no solo al GLP-1 (péptido 1 similar al glucagón).
Y en la práctica, los ensayos clínicos muestran que los pacientes que utilizan Mounjaro, además de una dieta equilibrada y una mayor actividad física, pueden lograr pérdidas de peso impresionantes. Con la dosis máxima, los participantes del ensayo clínico perdieron un promedio de aproximadamente 22 kg durante un período de 72 semanas.
Este resultado despierta el interés tanto de profesionales de la salud como de pacientes que buscan soluciones efectivas para controlar su peso y mejorar sus problemas de salud asociados a la obesidad, como la hipertensión y el colesterol alto.
Un público ávido de estos fármacos adelgazantes
El meteórico ascenso de los medicamentos para bajar de peso como Mounjaro se debe en gran medida a la influencia de las celebridades. Figuras icónicas como Elon Musk y Oprah Winfrey han compartido abiertamente sus experiencias positivas con estos tratamientos, impulsándolos al rango de soluciones glamorosas para lograr cuerpos de ensueño.
Esta tendencia es particularmente marcada en Asia, donde los estándares de belleza suelen ser inalcanzables y la presión social para alcanzar un peso ideal es omnipresente. En una sociedad donde la apariencia física es de crucial importancia, la búsqueda de soluciones rápidas y efectivas se convierte en una obsesión. Los medicamentos para adelgazar ofrecen, por tanto, una atractiva promesa: la de transformar el cuerpo sin tener que someterse a dietas restrictivas ni a programas intensivos de ejercicio.
¿Proeza o trampa?
Sin embargo, detrás de esta promesa se esconden riesgos importantes. Aunque Mounjaro puede ofrecer resultados impresionantes, no está exento de efectos secundarios potencialmente graves. Los usuarios frecuentemente reportan náuseas, vómitos y diversos trastornos gastrointestinales, que pueden volverse particularmente intensos al aumentar la dosis.
Además, el uso de Mounjaro sin un control médico adecuado genera preocupación, especialmente para quienes no tienen problemas de peso. El atractivo de la delgadez puede hacer que personas sanas recurran a este medicamento, poniendo en riesgo su salud y aumentando el riesgo de complicaciones como la pérdida de masa muscular.
Por ello, es imperativo abordar este tratamiento con precaución y consultar a un profesional de la salud antes de emprender este camino, recordando que la salud siempre debe primar sobre los estándares estéticos.
