AGRICULTURA. La Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos informó la semana pasada de tres episodios de gripe aviar en la provincia. Una situación que preocupa al presidente de los avicultores de Quebec, Benoît Fontaine
Los primeros casos se notificaron en una granja avícola de Saint-Hélène-de-Bagot y en una granja de Carignan, en Montérégie. También resultó infectado un tercer establecimiento, situado en la RMC de Lotbinière.
“El único elemento positivo es que ninguno de los 620 criadores de pollos y pavos de Quebec se ha visto afectado todavía, pero todos permanecen atentos”, afirma Fontaine.
Este último dice que se toma muy en serio el problema, porque Quebec produce 75 millones de kilogramos de pollo cada ocho semanas.
“Aunque la concentración de explotaciones ganaderas es mucho menos importante en Quebec que en el valle del río Fraser en Columbia Británica, no hay ningún riesgo que correr porque difícilmente podemos permitirnos el lujo de paralizar una industria de esta magnitud”, insiste.
El Sr. Fontaine desea señalar también que el pollo y el pavo se comen bien cocidos y que la cocción destruye los patógenos. Por tanto, su consumo, afirma, no supone ningún riesgo para la salud humana.
Períodos críticos
La propagación de la gripe aviar se atribuye generalmente al contacto indirecto.
“Las aves silvestres (patos, gansos, gansos de las nieves) se detienen cerca de las granjas durante su migración. El material infeccioso contenido en las secreciones y los excrementos contamina el suelo y puede ser transmitido a una granja de aves domésticas por una persona o un animal que entre en contacto con él”, explica Martin Pelletier, director general del Equipo québécoise de control de enfermedades avícolas (EQCMA). .
Benoît Fontaine está de acuerdo.
“Hay dos períodos críticos, primavera y otoño, durante los movimientos masivos de aves migratorias. Siempre vemos con cierta aprensión un velero lleno de gansos sobre nuestros campos o cerca de nuestros gallineros”, explica.
El director general de la EQCMA añade que es imposible determinar la causa exacta del foco de contaminación de una granja avícola.
“Hay muchas idas y venidas en las granjas de aves. Las violaciones de seguridad se encuentran entre los principales factores de riesgo, mientras que los aerosoles que se propagan entre dos edificios cercanos pueden considerarse factores secundarios. Dependiendo de la temporada, también pueden intervenir portadores mecánicos de patógenos, como moscas, insectos y bichos”, especifica Pelletier.
Medidas de protección
Aunque la presencia de la gripe aviar en Quebec es relativamente reciente, Martin Pelletier no espera que el virus desaparezca a corto plazo.
“La gripe aviar representará una amenaza importante durante varios años. Como es un virus que muta con frecuencia, habrá que permanecer atentos”, afirma.
Por lo tanto, el Sr. Pelletier recomienda que los criadores presten especial atención a las medidas de bioseguridad (barreras físicas, sustitución de botas y ropa en la entrada de los edificios, etc.).
Benoît Fontaine señala que todos los gallineros de su empresa están equipados con ventiladores y entradas de aire con malla de una pulgada de diámetro para evitar la entrada de animales pequeños no deseados.
Para minimizar los riesgos de contaminación, el grupo de avicultores de Quebec destaca en particular la importancia de prohibir cualquier visita no imprescindible a las granjas de cría durante los períodos críticos.
“Nuestro grupo también anima a sus miembros a tener dos flotas de equipos independientes. Un primero para trabajos exteriores y otro para trabajos en el interior o cerca de edificios. La maquinaria utilizada en el campo no debe acercarse a los gallineros. Del mismo modo, debemos mantener las cosechadoras lo más alejadas posible de los gallineros”, continúa el Sr. Fontaine.
Fontaine señala que su empresa ha instalado antiperchas en el techo de los silos y escaleras para disuadir a las aves silvestres de utilizar estas instalaciones.
“Somos los primeros y todavía los únicos en Quebec que utilizamos antiperchas”, afirma.
En la granja de Benoît Fontaine también está prohibida la presencia de árboles y depósitos de agua al aire libre, siempre con el objetivo de no atraer aves silvestres cerca de los gallineros.