LO ESENCIAL
- Un nuevo estudio supone un gran avance en la lucha contra la malaria grave, que causa 600.000 muertes al año, principalmente entre niños africanos.
- Los investigadores han identificado dos anticuerpos humanos capaces de atacar una proteína clave (PfEMP1) del parásito Plasmodium falciparum, evitando que los glóbulos rojos infectados se adhieran a las paredes de los vasos sanguíneos y reduciendo así las complicaciones graves.
- Utilizando una tecnología innovadora (órgano en un chip), recrearon microvasos humanos para probar con éxito estos anticuerpos. Este descubrimiento podría conducir a vacunas o tratamientos revolucionarios contra la malaria.
¿Y si un simple anticuerpo pudiera salvar millones de vidas? Un nuevo estudio publicado en la revista Naturaleza abre nuevas perspectivas para combatir la forma grave de malaria, una enfermedad que causa más de 600.000 muertes al año, principalmente entre niños pequeños que viven en zonas tropicales de África. Los investigadores han identificado anticuerpos humanos capaces de atacar las proteínas responsables de las complicaciones graves de la enfermedad. Un avance que potencialmente podría conducir al desarrollo de vacunas o tratamientos innovadores.
Comprender la forma grave de malaria
La malaria grave es causada por el parásito Plasmodium falciparum, que modifica los glóbulos rojos infectados. Estas células anormales se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos pequeños, particularmente en el cerebro, lo que provoca obstrucciones, inflamación del cerebro y, en ocasiones, complicaciones fatales, como la malaria cerebral. En el corazón de este proceso, desempeña un papel clave una familia de proteínas llamada PfEMP1, presente en los glóbulos rojos infectados. Algunos de ellos se adhieren a una proteína humana, EPCR, que daña los vasos sanguíneos y promueve complicaciones graves.
Los investigadores han descubierto que los niños desarrollan inmunidad gradualmente a medida que envejecen, gracias a anticuerpos capaces de neutralizar las proteínas PfEMP1. Pero la gran diversidad de estas proteínas ha dificultado hasta ahora su localización. Excepto que esta vez, el equipo logró identificar dos anticuerpos humanos capaces de reconocer una parte específica y conservada de PfEMP1, llamada CIDRα1, que interactúa con EPCR. Estos anticuerpos impiden que los glóbulos rojos infectados se adhieran a los vasos, lo que reduce el riesgo de complicaciones graves.
Recreando la malaria en el laboratorio
Para comprobar la eficacia de los anticuerpos, los investigadores utilizaron un método innovador: cultivar redes de microvasos humanos en el laboratorio, reproduciendo las condiciones de la malaria cerebral. Al introducir sangre infectada en estos vasos, pudieron observar directamente que los anticuerpos bloqueaban eficazmente la acumulación de células infectadas. “Usamos tecnología de órgano en un chip para recrear microvasos cerebrales en 3D, precisan los científicos en un comunicado de prensa. Los resultados fueron sorprendentes: los anticuerpos impidieron que las células infectadas se adhieran a las paredes de los vasos”.
El análisis reveló que estos anticuerpos actúan reconociendo tres aminoácidos conservados en CIDRα1, lo que podría representar un mecanismo común de inmunidad adquirida contra la malaria grave. Este descubrimiento abre el camino a nuevas estrategias, como vacunas dirigidas a PfEMP1 o tratamientos basados en estos anticuerpos. “Aprovechar la ingeniería de tejidos y órganos en un chip nos permite estudiar enfermedades con una precisión sin precedentes, al tiempo que proporciona plataformas para probar candidatos a vacunas”concluyen los autores.