Actualmente, hay que esperar entre 24 y 48 horas antes de obtener el resultado de la prueba que permite identificar las bacterias responsables de una infección urinaria. Mientras tanto, para no dejar a las víctimas de estas infecciones en sus desgracias –estamos hablando de fuertes sensaciones de ardor y pesadez abdominal y pélvica acompañadas de una incesante necesidad de orinar–, los médicos las recetan, a ciegas, en una amplia dosis. antibiótico de espectro, esperando que la suerte esté de su lado.
“Este enfoque no sólo corre el riesgo de no ser eficaz contra el patógeno, sino que también favorece la aparición de cepas bacterianas resistentes a los antibióticos”, afirma Arnaud Droit, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Laval e investigador del Centro de Investigación. del CHU de Québec – Universidad Laval.
Desde hace varios años, el profesor Droit y su equipo trabajan para desarrollar una prueba que permita conocer más rápidamente la identidad de las bacterias responsables de una infección urinaria y, en consecuencia, prescribir sin demora el antibiótico adecuado. Su enfoque, descrito en un artículo que acaba de aparecer en la revista Proteómica molecular y celularcombina proteómica e inteligencia artificial.
Su trabajo se centró en 15 especies de bacterias que causan el 84% de todas las infecciones urinarias. Utilizando un espectrómetro de masas, el equipo cuantificó, para cada especie, la abundancia de 82 péptidos (fracciones proteicas), lo que permitió definir una firma específica para cada una. Al comparar estas firmas con las de las bacterias presentes en la muestra de orina de un paciente, es posible identificar las bacterias responsables de su infección urinaria. “Gracias a este método, el tiempo necesario para identificar la bacteria en cuestión es de menos de cuatro horas”, explica el profesor Droit.
El equipo de investigación probó la fiabilidad de esta prueba rápida en 70 personas con una infección del tracto urinario. El diagnóstico obtenido mediante la prueba rápida se comparó con el obtenido con el método utilizado actualmente en Quebec. “Los resultados coinciden en el 87% de los casos. Este rendimiento sería lo suficientemente alto como para considerar el uso de la prueba rápida en un entorno clínico, considera el profesor Droit. Además, su eficacia podría mejorarse añadiendo más péptidos a la firma de cada bacteria.
Todo lo que queda es encontrar una manera de llevar este método del laboratorio de investigación al entorno clínico. “Hemos desarrollado esta prueba utilizando instrumentos de investigación a los que no se puede acceder en clínicas y hospitales”, destaca el profesor Droit. Nos asociamos con una empresa fabricante de instrumentos científicos para adaptar el método a versiones simplificadas de estos instrumentos para su uso en entornos clínicos”.
Los otros firmantes del estudio publicado en Proteómica molecular y celular son Clarisse Gotti, Florence Roux-Dalvai, Ève Bérubé, Antoine Lacombe-Rastoll, Mickaël Leclercq, Maurice Boissinot y Michel G. Bergeron, de la Universidad Laval, y Cristina C. Jacob, Claudia Martins y Neloni R. Wijeratne, de Thermo Fisher Scientific en San José, California.