Ante la diabetes tipo 1, los avances tecnológicos están revolucionando la vida de los pacientes jóvenes. Gracias a las bombas de insulina de nueva generación, niños y adolescentes como Emma, de 15 años, se benefician de unos cuidados más ligeros y menos estresantes. INFORMES.
Compañía
Desde la vida cotidiana hasta los grandes temas, descubra los temas que componen la sociedad local, como la justicia, la educación, la salud y la familia.
France Télévisions utiliza su dirección de correo electrónico para enviarle el boletín informativo “La Sociedad”. Puede darse de baja en cualquier momento a través del enlace al final de este boletín. Nuestra política de privacidad
Emma, una adolescente de Montpellier, pasa una estancia en el Instituto Saint-Pierre de Palavas-les-Flots (Hérault), en el departamento de diabetología. Al sufrir diabetes tipo 1 desde los 7 años, su cuerpo ya no produce insulina. Sin tratamiento médico, su nivel de azúcar en sangre podría aumentar a niveles peligrosos, poniendo en riesgo su salud.
Para Emma, controlar su nivel de azúcar en sangre es una necesidad vital. “La hiperglucemia es muy peligrosa. Puede atacar órganos, por lo que tiene que estar muy equilibrado.“, explica. A pesar de los esfuerzos por normalizar la vida cotidiana, las limitaciones siguen siendo pesadas, especialmente para los más jóvenes.
“Especialmente para un niño, hay que estar constantemente supervisado. De hecho, es una carga bastante pesada”, confiesa.
Pero esta carga se ha reducido gracias a una innovación: una bomba de insulina de nueva generación. Conectada al paciente mediante un catéter, esta bomba administra insulina en dosis infinitesimales a lo largo del día, según las necesidades reales. Julie Duquesnay, enfermera puericultura del Instituto Saint-Pierre de Palavas-les-Flots, destaca las ventajas de esta tecnología: “puede detenerse en caso de hipoglucemia o enviar insulina automáticamente en caso de hiperglucemia. Estas bombas están equipadas con sensores. y alarmas que avisan a los pacientes incluso antes de que sientan los síntomas. Esto les tranquiliza enormemente.
Para Emma, este avance tecnológico es una auténtica revolución: “Con esta bomba, ya no me siento diabético, incluso si tengo que cambiar el catéter y el sensor. Antes teníamos que hacer inyecciones y dextros, era complicado. Ahora mi nivel de azúcar en sangre es mucho más estable y eso es un alivio.. »
Existen varios tipos de diabetes, siendo las más comunes la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2. La diabetes tipo 1, a menudo diagnosticada en personas jóvenes, es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo ya no produce insulina. La diabetes tipo 2, más común en adultos, a menudo es el resultado de un estilo de vida poco saludable, lo que conduce a resistencia a la insulina. Cada año, 2.200 niños menores de 15 años padecen diabetes tipo 1 en Francia. Esta cifra aumenta constantemente. Los avances tecnológicos son aún más importantes.
Para la pediatra Fabienne Dalla-Vale, especializada en diabetología, el objetivo es claro: evitar complicaciones a largo plazo. “Estos niños vivirán hasta los 90 o 100 años. El desafío es que no sufran complicaciones ligadas a la hiperglucemia crónica, como retinopatía o accidentes cardiovasculares. Gracias a estas herramientas esperamos que tengan una vida adulta sin sufrir enfermedades crónicas graves. »
Los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial y la miniaturización de dispositivos, apuntan a un futuro en el que se podrían instalar bombas casi autónomas debajo de la piel.