Malorie Proust es socioesteticista en el Hospital Universitario de Poitiers desde hace seis años. Su trabajo, poco conocido por el gran público, consiste en brindar apoyo personalizado a los pacientes, utilizando los tratamientos estéticos como vector de bienestar y autoestima. Eligió la oncología para ejercer su profesión y brindar consuelo a los pacientes.
Una profesión complementaria
La socioestética se diferencia de la estética tradicional por un enfoque centrado en el apoyo a través del cuidado, la escucha y el tacto. Es una parte integral de la atención de apoyo. Malorie interviene a petición del propio paciente, o a petición de los equipos, en los distintos departamentos del centro oncológico regional. La atención brindada se adapta a los pacientes y sus patologías, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y bienestar. Miembro del equipo multidisciplinario, trabaja en colaboración con cuidadores, cuidados de apoyo (psicólogos, dietistas, trabajadores sociales, fisioterapeutas, etc.), y con Christelle Mamodaly, facilitadora del área de encuentro e información del centro regional de oncología, permitiendo una atención integral.
Formación con un amplio ámbito de actuación en constante evolución
Después de una formación inicial en estética tradicional y de varios años de experiencia en esta profesión, Malorie siguió un año de especialización en los CODES del CHRU de TOURS, para obtener el título de socioesteticista. Esta formación permite adquirir conocimientos médicos y médico-sociales profundos.
El ámbito de actuación del socioesteticista es amplio. En el Hospital Universitario de Poitiers, Malorie trabaja en oncología, pero existen múltiples posibilidades de práctica: en geriatría para trabajar la polisensorial y/o la reminiscencia, en unidades de Alzheimer, en pediatría, especialmente en institutos médico-educativos, o incluso en un entorno penitenciario. . Los tratamientos ofrecidos son variados y adaptados a las necesidades de cada paciente, en función de la patología y tratamientos: masajes para aliviar dolores físicos y/o psíquicos, asesoramiento cosmético ante los efectos secundarios de los tratamientos, maquillaje para resaltar los rasgos faciales o maquillar un rostro faltante. ceja. El objetivo es restaurar la confianza del paciente permitiéndole recuperar una imagen positiva de sí mismo.
Retos y perspectivas de futuro
La profesión de socioesteticista es exigente tanto a nivel emocional como técnico. Requiere buena capacidad de escucha, empatía, dominio del cuidado y, sobre todo, adaptación constante. Los avances médicos y la aparición de nuevas patologías requieren un seguimiento constante. Malorie subraya la importancia de trabajar en un equipo multidisciplinar, porque la visión del equipo sobre el paciente es fundamental para poder detectar una atención socioestética adecuada, detectando una necesidad de información o atención.
La atención de apoyo a menudo se pasa por alto y, sin embargo, es esencial. La socioestética es un campo en rápido desarrollo que ofrece muchas perspectivas de futuro. Al acompañar a los pacientes en su proceso asistencial, contribuye a mejorar la calidad de la hospitalización y el bienestar de la persona tratada para recuperar sensaciones placenteras en su cuerpo.
Malorie destaca que es una experiencia rica en aprendizaje, a través de las historias de vida de mujeres y hombres, que pasan por sus dedos y que, por un momento, se olvidan un poco de su enfermedad, de su sufrimiento.
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