La simulación forma mejores expertos… que expertos

La simulación forma mejores expertos… que expertos
La simulación forma mejores expertos… que expertos
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La profesora Dominique Biarent, que durante mucho tiempo fue jefa del departamento de cuidados intensivos pediátricos del HUDERF, hoy se dedica a la educación médica. Defiende especialmente la simulación en la formación de médicos y otros cuidadores. Ha sido pionera durante mucho tiempo y acaba de dar una presentación sobre este tema en la Real Academia de Medicina.

“Necesitamos médicos que no sólo sean competentes, sino que también mantengan sus conocimientos y habilidades, en un mundo donde éstos y las prácticas evolucionan a gran velocidad”, afirma el profesor Biarent en el preámbulo. Pero para que sean competentes, deben estar bien formados. Hoy en día existe la simulación de procedimientos médicos en un maniquí, y numerosos estudios demuestran que los profesionales de la salud formados mediante simulación son mejores y más eficientes que los médicos formados “a la antigua usanza” por personas mayores que, sin embargo, son consideradas expertos. Por lo tanto, el antiguo principio de “ver uno, hacer uno, enseñar uno” (ver hacer, hacer, enseñar a hacer) es reemplazado por el aprendizaje por simulación. “Ya no debería realizarse ningún procedimiento por primera vez en pacientes reales. Debemos recurrir al aprendizaje sobre un maniquí o mediante realidad virtual”, insiste el profesor Biarent. “La simulación es cara, por supuesto”, admite, “pero en última instancia no es más cara que la formación, utilizando métodos tradicionales y antiguos, de médicos con poco o ningún rendimiento”.

Requisitos previos para la enseñanza por simulación
La enseñanza por simulación, sin embargo, requiere una serie de requisitos previos. Primero necesitamos docentes capacitados en este tipo de enseñanza. Ellos mismos deben querer aprender y transmitir continuamente sus habilidades. Los alumnos con los que tratarán aprenden de muchas maneras: escribiendo, repitiendo en voz alta, caminando, con o sin mnemónicos. Es fundamental que el profesor se adapte simultáneamente a estas diferentes formas utilizadas por sus alumnos. El profesor también debe proceder por etapas en su enseñanza: mostrar el gesto, luego describirlo paso a paso, luego pedir al alumno que reformule la descripción del gesto y finalmente pedirle que realice el gesto.

Algunos modelos de enseñanza incluso ofrecen más pasos que estos cuatro. La enseñanza también debe apuntar a objetivos mensurables y pasar por una evaluación de los conocimientos adquiridos. Un criterio de evaluación puede ser el impacto del aprendizaje en la calidad de la atención, reconocible, por ejemplo, por la frecuencia de los eventos adversos. O incluso de la calidad del gesto en sí, juzgado en función de una lista de fases esenciales: lavarse las manos, usar guantes, elegir el lugar adecuado para la inyección, etc. Este tipo de listas existen desde hace algún tiempo.

Falta de formación en comunicación.
“Un área en la que el médico está poco formado o nada formado”, insiste el pediatra de cuidados intensivos, “es el de la comunicación”. Esto puede ser entre médicos, entre médico y paciente, entre médico y otras partes interesadas, etc. Sin embargo, la comunicación defectuosa es la causa de una proporción muy grande de eventos adversos, lo que posiblemente lleve a juicios y condenas de los cuidadores. Aprender a comunicarse también se puede hacer mediante simulación, simplemente mediante juegos de rol. O bien, con la ayuda de actores o pacientes voluntarios que desempeñan su propio papel. “Pero es fundamental que los futuros cuidadores estén formados en buena comunicación”, insiste el profesor Biarent.

Hacia un futuro prometedor para la simulación médica
En resumen, concluye, “recomiendo encarecidamente a los futuros médicos que pasen por un número importante de horas de simulación antes de poder realizar acciones técnicas junto a la cama de los pacientes. Comencé a desarrollar estas nociones en 1993 y admito que los modelos entonces eran bastante rudimentarios. Pero se están logrando avances. Las funciones que ofrecerán los nuevos maniquíes y aún más los que están en desarrollo, serán cada vez más extraordinarias. Se trata de sus movimientos, de sus reacciones a los gestos, de su apariencia… El futuro nos promete herramientas extraordinariamente equipadas. »

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