Se han detectado micropartículas de plástico (menos de 5 milímetros) en el aire, en el agua, en alimentos, envases, textiles sintéticos, neumáticos o cosméticos. Todos los días, los humanos los ingieren, los inhalan o entran en contacto con la piel. “El hombre de 2024 contiene plástico en casi todos los órganos de su cuerpo (…) y probablemente será aún peor para los niños que nacerán en 2040”, declaró Fabienne Lagarde, investigadora del Instituto de Moléculas y Materiales del Mans, durante una reciente audiencia de parlamentarios franceses.
En los últimos años, los científicos los han encontrado en los pulmones, el corazón, el hígado, los riñones e incluso en la placenta y la sangre. Y en varios estudios se han señalado correlaciones entre los microplásticos, incluso los nanoplásticos (1.000 veces más pequeños) y los efectos sobre la salud. Entre los últimos, un estudio publicado en marzo en el New England Journal of Medicine muestra una asociación entre la acumulación de estas partículas en los vasos sanguíneos con un mayor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e incluso muerte, en algunas personas con aterosclerosis. Enfermedad que afecta a las arterias.
Incógnitas y peligros
“La investigación sobre los microplásticos está aumentando e identificando efectos muy preocupantes para la salud. Un metaanálisis reciente de 2.000 estudios en animales, realizado con colegas, mostró que los microplásticos parecen afectar la fertilidad, estar relacionados con un mayor riesgo de cáncer o dañar la salud respiratoria”, explica la profesora Tracey Woodruff, de la Universidad de California.
Para este director de un programa de salud reproductiva y ambiental, estos datos, sumados al “descubrimiento de microplásticos en muchas partes del cuerpo, incluido el cerebro, los testículos e incluso el feto a través de la placenta”, constituyen una “señal de alarma ”.
Por tanto, es urgente actuar. Y, sin embargo, un tratado global para poner fin a la contaminación plástica podría estar en peligro, dijeron negociadores y ambientalistas a fines de octubre, antes de dos semanas de negociaciones cruciales programadas del 25 de noviembre al 1 de diciembre en Busan, Corea del Sur.
Un documento no oficial de 70 páginas, distribuido a representantes de unos 175 países y visto por la AFP, no contiene ningún texto que solicite límites a la producción, algo que muchos países consideran esencial para un tratado sólido. Sin embargo, sí permitió hacer sonar la alarma.
“El uso de plástico, si no hacemos nada, se triplicará de aquí a 2060: no hace falta haber hecho muchos estudios científicos para comprender que, incluso convirtiéndonos en defensores del reciclaje y la recogida de residuos, no resolveremos el problema de la contaminación plástica si no reducimos el uso y la producción de plástico virgen”, señaló la ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher. “No es sólo una cuestión de medios, es una cuestión de voluntad política”, añadió.
Divergencias entre países
La principal preocupación se refiere al apartado del documento dedicado a la producción, en el que el presidente, Luis Vayas Valdivieso, no propone ningún texto. Y con razón: las posiciones sobre la cuestión siguen estando demasiado alejadas entre, por un lado, los países que quieren una formulación estricta y vinculante (es el caso de Francia, miembro de la High Ambition Coalition, y los países en desarrollo como Ruanda). y, por el otro, la mayoría de los países productores de petróleo.
Luis Vayas Valdivieso se mantiene optimista de que se pueda llegar a un acuerdo en Busan, pero los grupos ecologistas están muy preocupados.
“Todo el mundo sabe que la única forma de acabar con la contaminación plástica es dejar de producir tanto plástico”, afirmó Graham Forbes, director del proyecto mundial sobre plásticos de la ONG Greenpeace.
Los negociadores deben decidir si aceptan el documento oficioso como base para la discusión, incluso si a muchos el proyecto de tratado les parece inviable. A la espera de que el mundo se ponga de acuerdo, hay algunos consejos útiles para protegerse individualmente: evite las botellas de plástico, no caliente alimentos en plástico, prefiera la ropa confeccionada con materiales naturales y ventile su interior.
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