Se alimentan de la sangre de otros animales gracias a sus dientes parecidos a los de Drácula. Los murciélagos vampiros, si no eran ya bastante desconcertantes por ser el único mamífero que practica la hematofagia (es decir, alimentarse exclusivamente de sangre), ahora congelarán la tuya: saben, además de volar, correr. Publicado en la revista Biology Letters, un nuevo estudio revela cómo los animales logran asimilar la energía proporcionada por la sangre ingerida más rápidamente de lo que se pensaba.
Debido a su dieta baja en grasas y carbohidratos, los murciélagos vampiros requieren una cantidad importante de energía para seguir cazando. Aunque pesan casi 40 gramos, atacan a animales mucho más grandes, como las crías de pingüino que pesan unos veinte kilos. Pero a diferencia de la mayoría de los murciélagos, que generalmente evitan el suelo, esta subespecie es capaz de correr. Se impulsa hacia adelante con las alas plegadas, lo que le ayuda a acechar sigilosamente a su presa.
“No quieren llegar así a lomos de una vaca”, explica Kenneth Welch, biólogo de la Universidad de Toronto, coautor del estudio y que estudia animales con dietas específicas. “En lugar de eso, aterrizan a unos metros de la vaca, corren silenciosamente hasta su pierna y hacen una pequeña incisión indolora sin que ella se dé cuenta”.
30 metros por minuto
En el estudio, Kenneth Welch y su colega Giulia Rossi primero alimentaron a veinticuatro murciélagos vampiros de Belice con sangre bovina. Después de intentar comprender cómo el animal digiere sus alimentos, los científicos colocaron los especímenes en una cinta de correr en miniatura. A medida que la velocidad de la cinta de correr aumentaba gradualmente, los murciélagos vampiros primero caminaban, luego…
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