En la mayoría de los casos, la eficacia de los complementos alimenticios no está demostrada. © Imagen Belga
A menudo vendidos en farmacias, pasan desapercibidos en las estanterías, entre analgésicos y desinfectantes. Excepto que estos complementos alimenticios sólo parecen medicamentos. E incluso si generalmente no están sujetos a prescripción médica, consulte siempre a su médico antes de realizar el pedido.
Los reyes de la pipa
Suplir una deficiencia nutricional es su misión básica. Pero en los últimos diez años han aparecido en el mercado curas milagrosas antigrasas e incluso antienvejecimiento. Sin embargo, los estudios sobre la eficacia de estos productos son muy raros. Y si estos productos funcionan, no están exentos de riesgos: en particular, pueden provocar un aumento de la frecuencia cardíaca. Lo mismo ocurre con el envejecimiento: lamentablemente ningún complemento alimenticio sustituye a un estilo de vida saludable.
No pero hola ¿no tienes vitamina D?
Las técnicas de marketing en este sector son sumamente efectivas, con la ayuda de influencers en redes sociales y campañas publicitarias utilizando los códigos del mundo médico. Si los productores se permiten engañar de esta manera a los consumidores es precisamente porque los complementos alimenticios no son medicamentos. Por lo tanto, sólo están sujetos a un régimen mucho más (demasiado) laxo.
Las batas blancas a veces son cómplices
De hecho, para ser comercializado, los fabricantes no están obligados en absoluto a demostrar la eficacia de su producto, sólo su inocuidad. Y, sin embargo, pocos de estos productos se prueban realmente antes de salir al mercado. Por eso, nunca lo repetiremos lo suficiente: siempre consulte a su médico tratante, con la esperanza de que no haya sido persuadido por las mismas firmas que ofrecen conferencias en el extranjero, obsequios y otros “regalos” a ciertos médicos generales complacientes.
Efectos sobre la anticoncepción
Algunos no dudarán en pedir un análisis de sangre tan completo como si fuera a la luna. Sin embargo, a los ojos de la mayoría de la comunidad científica, algunos análisis adicionales son completamente inútiles en la mayoría de los casos.
Resultado: el trámite no lo reembolsa la mutua y puede costarle cientos de euros. Pero eso no es todo: para curar tus dolencias, probablemente te recomendarán tomar zinc o incluso magnesio, que están especialmente de moda. Sin embargo, su eficacia aún no está demostrada a los ojos de la comunidad científica.
Los riesgos potenciales son numerosos: sobredosis, falta de información, interacciones con otras sustancias, etc. La hierba de San Juan, una planta relajante con suaves efectos antidepresivos, puede reducir la eficacia de la píldora anticonceptiva.
¿Se debe tirar todo?
Contrariamente a la leyenda urbana alimentada por los productores, no hay argumentos para recomendar que todos los adultos tomen vitamina D. Sin embargo, en el contexto de determinadas enfermedades como la osteoporosis, este complemento es útil. En el caso de los bebés, se recomienda tomar vitamina D hasta un año, o incluso más en algunos casos.
Sin embargo, algunos estudios aún han demostrado la eficacia de determinados productos. Es el caso de la valeriana, una planta que mejora ligeramente el sueño y en ocasiones limita los sofocos que se producen durante la menopausia. En última instancia, comprar suplementos es intentar cuidar su salud, y el efecto placebo suele ser significativo y claramente más deseable que la sobremedicación. Sin embargo, este gesto positivo puede salirle caro, ya que los precios de estos productos suelen ser desorbitados.