“Estaciones de esquí, organizaciones típicas del Antropoceno”

“Estaciones de esquí, organizaciones típicas del Antropoceno”
“Estaciones de esquí, organizaciones típicas del Antropoceno”
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DEn un artículo que se ha convertido en un clásico de la economía y las ciencias de la gestión, el economista británico Ronald Coase (1910-2013) se interesó por “la naturaleza de la empresa”, es decir, qué explica por qué surgen empresas en una sociedad. En lugar de defender una genealogía histórica de esta entidad que se ha vuelto tan poderosa en nuestro mundo moderno, Coase se interesó principalmente en lo que constituye la naturaleza original de la empresa: una cuestión de coordinación.

La empresa nace porque los individuos no siempre pueden coordinar sus transacciones. Esta respuesta se refiere a lo que los filósofos llaman “ontología”: interesarse por lo que constituye la esencia de las cosas, por las formas de construir categorías del mundo. Paradójicamente, en este artículo no hay “naturaleza” en el sentido de la ecología científica, sino una cuestión de transacciones entre los organismos vivos y su entorno.

En el mejor de los casos, suponemos una “estado de naturaleza”, o un mundo aplanado e isomorfo donde los individuos reducidos a sus atributos más simples tienen dificultades para coordinar sus acciones y ajustar sus transacciones. Esta ontología tan particular es la base de una teoría de las organizaciones donde la empresa se convierte en el punto nodal del mundo.

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El Antropoceno sacude esta imagen reduccionista de las organizaciones y sus condiciones de existencia. Se trata de acercarse de manera diferente a las organizaciones y la forma en que investigan los cambios ecológicos que están experimentando. Se debe dar un interés central a las “organizaciones centinela”, es decir, las organizaciones situadas en la primera línea de las manifestaciones concretas, tangibles y sensibles del cambio climático y el colapso ecológico. De hecho, existe una abundante literatura, en ecología y ciencias sociales, que se ha interesado por los “centinelas” ecológicos o climáticos.

Reacciones tan fuertes como binarias

Estos centinelas a menudo definen entidades naturales (lagos, bosques, arrecifes de coral, islas, animales) que están (o están voluntariamente colocadas) en la primera línea de los puntos de inflexión ecológicos, climáticos o de salud. Pensemos, por ejemplo, en estos pollos que se colocan y se controlan en granjas en China y que, al enfermarse, activan una alerta sanitaria. O incluso a estos glaciares estudiados de cerca por los geomorfólogos para analizar las discontinuidades climáticas. Pero estas primeras situaciones, en los puestos de avanzada, no están ocupadas sólo por organismos vivos o entidades terrestres; también lo hacen organizaciones socioeconómicas, como las estaciones de esquí, por ejemplo.

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