Según la revista alemana Enfocar, uno de cada dos productos vendidos comercialmente se considera ahora “UPF”, es decir “alimentos ultraprocesados”. Estos alimentos ultraprocesados han sufrido una transformación significativa a través de procesos industriales y, a menudo, contienen multitud de ingredientes, incluidos aditivos, saborizantes y conservantes.
Estos suelen incluir productos listos para comer, comida rápida, comidas congeladas, snacks, refrescos y dulces. Estos alimentos son generalmente ricos en energía, pero bajos en nutrientes y fibra.
Ejemplos: platos preparados (pizzas congeladas, sopas preparadas), comida rápida (hamburguesas, patatas fritas, nuggets de pollo), cereales y barritas de cereales, refrescos y otras bebidas azucaradas, patatas fritas y galletas de aperitivo (tortillas, palomitas), pasta instantánea, dulces (barras de chocolate, ositos), galletas, tartas y bollería, embutidos y sucedáneos de la carne, salsas y aderezos listos para usar, platos congelados, bebidas energéticas y bebidas deportivas.