Enojarse, aunque sea por unos minutos, puede que no sea inofensivo para la salud.
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia, el funcionamiento de los vasos sanguíneos se vería afectado.
Dejarse llevar aumentaría el riesgo de sufrir un infarto, pero también un ictus.
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, enojarse, aunque sea por tan solo ocho minutos, aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, pero también un derrame cerebral. Esto se debe a un cambio en los vasos sanguíneos.
Para este estudio, se invitó a 280 personas a recordar, durante ocho minutos, un acontecimiento que les había molestado. Después de este momento de recuerdos negativos, los investigadores se centraron particularmente en sus células endoteliales, que recubren el interior de los vasos sanguíneos.
El funcionamiento alterado de los vasos sanguíneos.
Los resultados son claros: sentir ira, aunque sea por un corto período de tiempo, modifica el funcionamiento de los vasos sanguíneos. Lo que por tanto aumenta el riesgo de sufrir un infarto o un derrame cerebral. “Afortunadamente, ninguno de los participantes tuvo problemas cardíacos durante este experimento, pero sí una alteración en el funcionamiento de los vasos sanguíneos”. señala el profesor Daish Shimbo, autor principal de este estudio.
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“En primer lugar, dificultó la dilatación de los vasos sanguíneos. La ira también afectó a los marcadores celulares de lesión y su capacidad para repararse a sí mismos”.añadió el científico.
Durante 40 minutos, una vez finalizado el experimento, se observaron efectos en los vasos sanguíneos. Lo que sugiere que podría haber un efecto acumulativo cuando una persona sufre repetidos arrebatos de ira.
