Se confirma la eficacia de las dietas bajas en carbohidratos.

Se confirma la eficacia de las dietas bajas en carbohidratos.
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Lácteos, pan, legumbres, frutas, platos preparados… Muchos alimentos contienen azúcares de difícil digestión, llamados Fodmaps, que son los causantes de los dolores y los trastornos del tránsito relacionados con esta enfermedad.

Esta es una nueva evidencia de que la dieta juega un papel central en el síndrome del intestino irritable (o “colopatía funcional”). Un estudio publicado recientemente en la revista The Lancet Gastroenterología y Hepatología confirma que una dieta baja en Fodmaps (acrónimo en inglés de “oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables”) es eficaz para mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes. Este estudio incluso demuestra por primera vez que esta dieta es más eficaz que los medicamentos. Recordemos que esta enfermedad benigna, que afecta al 5% de la población (más mujeres que hombres), provoca a diario trastornos intestinales y dolores abdominales.

Para llegar a esta conclusión, investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, probaron tres tipos de tratamientos en 300 pacientes durante un mes. Un primer grupo tuvo que seguir una dieta baja en Fodmaps, es decir, excluir alimentos que contienen azúcares que se absorben mal en el intestino. Podemos citar la lactosa, contenida en los productos lácteos; fructanos, que se encuentran en el trigo, el centeno y la cebada; la fructosa, presente en las frutas, pero también añadida a todas las comidas preparadas industrialmente; o incluso los galactanos, que se encuentran principalmente en las legumbres (garbanzos, lentejas, etc.).

Beneficios a largo plazo

Un segundo grupo siguió una dieta “Low carb”, baja en carbohidratos pero alta en proteínas. Los pacientes del tercer grupo fueron tratados, por su parte, con fármacos antiespasmódicos, laxantes o antidiarreicos. Después de un mes de tratamiento, los tres grupos vieron mejorar sus síntomas y su calidad de vida. Pero no en las mismas proporciones: tres cuartas partes de los pacientes que siguieron una de las dos dietas mejoraron su estado, frente a “sólo” la mitad de las personas tratadas con medicamentos.

Los beneficios de las dietas se hicieron sentir incluso con el tiempo, ya que, seis meses después, la mayoría de los participantes se encontraban bien aunque habían vuelto gradualmente a su dieta habitual. Este hallazgo indica que pequeñas reducciones en Fodmaps y la ingesta de carbohidratos podrían tener efectos beneficiosos. »subrayan los autores del estudio.

En la práctica, la dieta baja en Fodmaps ya se recomienda para tratar el síndrome del intestino irritable, pero no la dieta “low carb”, rica en proteínas, de la que faltan pruebas de eficacia. La dieta baja en Fodmaps consiste en eliminar temporalmente todos los alimentos que contengan azúcares fermentables porque estos aumentan la secreción de agua en el intestino delgado, lo que genera hinchazón, y fermentan en el colon, lo que genera gases. »explica P.r Benoît Coffin, jefe del servicio de hepatogastroenterología del hospital Louis-Mourier, en Colombes (Altos del Sena). El agua y los gases retenidos provocan distensión del tracto digestivo, provocando dolor.

El síndrome del intestino irritable resulta de una hipersensibilidad del eje intestino-cerebro y los azúcares fermentables acentúan este fenómeno.

Profesor François Mion, jefe del servicio de exploración funcional digestiva del hospital Édouard-Herriot de Lyon

Muchos pacientes piensan que son intolerantes o alérgicos a tal o cual alimento, especialmente al gluten, pero no es así. »especifica P.r François Mion, jefe del servicio de exploración funcional digestiva del hospital Édouard-Herriot de Lyon. El síndrome del intestino irritable resulta de una hipersensibilidad del eje intestino-cerebro y los azúcares fermentables acentúan este fenómeno. »él continúa.

Alimentos para reintroducir poco a poco

Sobre el papel, la idea es simple: eliminar por completo las fuentes de Fodmaps durante seis a ocho semanas. Si el paciente mejora, se le pide que reintroduzca gradualmente las diferentes familias de alimentos para que pueda determinar que son las dosis aceptables para él. »indica la Pr François Mion. Los primeros efectos suelen empezar a notarse al cabo de una o dos semanas. Pero en realidad, eliminar estos azúcares de nuestra dieta es un gran desafío. Es una dieta difícil de seguir porque muchos alimentos la contienen. : muchas frutas y verduras, todos los productos derivados del trigo, platos industriales… »enumera el gastroenterólogo.

Afortunadamente, existen alternativas. En lugar de leche y yogures, conviene recurrir, por ejemplo, a leche sin lactosa, bebidas vegetales (soja, avena, etc.) o incluso yogures de soja. En cuanto a las frutas, las manzanas, las peras, los melocotones o incluso los albaricoques deben dar paso al plátano, la piña, los cítricos o incluso el melón. También debes eliminar todos los alimentos elaborados a base de trigo, cebada y centeno porque contienen un tipo de almidón resistente a la digestión. »especifica P.r Benoît Coffin. Adiós, por tanto, a la pasta, a la sémola, a la harina, al pan, a los cereales. El trigo sarraceno, la espelta, el arroz o la avena, en todas sus formas, pueden sustituir a los productos derivados del trigo. »argumenta P.r Mión.

Obtenga apoyo de un dietista

Es una dieta que funciona bien y se prescribe con mucha frecuencia, vale la pena probarla. »anima a Pr Coffin, reconociendo al mismo tiempo las limitaciones que esto representa. Además, prescindir de todos estos carbohidratos fermentables puede provocar una dieta desequilibrada y provocar deficiencias. Por tanto, lo ideal es buscar la ayuda de un médico nutricionista o dietista, especialmente si se es propenso a sufrir trastornos alimentarios.

Esto no es fácil, porque hay que buscar un profesional que conozca bien esta enfermedad y hay que tener ingresos suficientes para costear esta atención porque no está cubierta. »subraya la Pr François Mion. Sin embargo, en varias ciudades (Lyon, París, Rouen, Nancy, Burdeos, etc.), los hospitales han establecido vías de atención reembolsadas, donde es posible hacer todo a la vez: consulta médica, sesiones dietéticas y apoyo psicológico. Pero hay que tener paciencia. En nuestro hospital el tiempo de espera es de tres a cuatro meses. »especifica P.r Mión.

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