Gracias a la educación y la tecnología modernas, podemos pensar que somos más inteligentes que las personas que nacieron hace un siglo. ¿Pero lo somos realmente?
No está del todo claro, pero los científicos creen que durante el último siglo nuestro cerebro se ha hecho más grande.
Un nuevo estudio encontró que las personas nacidas en la década de 1970 tenían un 6,6% más de volumen cerebral y un 15% más de superficie cerebral que las personas nacidas en la década de 1930.
Según el equipo de investigación, es posible que un cerebro más grande reduzca el riesgo de demencia relacionada con la edad.
Los investigadores observaron resonancias magnéticas de los participantes en el Estudio del Corazón de Framingham en los Estados Unidos. Este es un estudio de salud que comenzó en 1948 y actualmente analiza a la tercera generación de participantes.
Las resonancias magnéticas se realizaron entre 1999 y 2019 y se estudiaron a más de 3.000 personas.
Además del aumento en el tamaño del cerebro, el estudio encontró que las estructuras cerebrales, incluido el hipocampo, el área que se ocupa del aprendizaje y la memoria, aumentaron de tamaño.
Este es el caso cuando se compara a personas nacidas en la década de 1970 con las nacidas en la década de 1930 y se tienen en cuenta factores como el aumento del tamaño corporal.
Charles DeCarli, primer autor del estudio, dijo que las estructuras cerebrales más grandes “pueden reflejar un mejor desarrollo y una mejor salud del cerebro”.
Y añadió: “Una estructura cerebral más grande representa una mayor reserva cerebral”. Esto significa que el cerebro puede ser más capaz de afrontar el daño causado por la edad.
Esto podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cerebrales relacionadas con la edad, como el Alzheimer, afirmó DeCarli.
El número de personas con la enfermedad de Alzheimer en los Estados Unidos ha aumentado desde la década de 1970, debido al crecimiento y envejecimiento de la población. Pero como porcentaje de la población, la tasa en realidad ha disminuido un 20% por década.
DeCarli cree que los cerebros más grandes pueden haber tenido un efecto en esta tendencia, pero se necesita más investigación.
