En Salies-du-Salat acaba de abrirse una nueva consulta: la de Valérie Dougnac. Valérie es kinesióloga, una disciplina inspirada en la quiropráctica, la medicina tradicional china, la acupuntura, la sofrología y la osteopatía. “Es una medicina suave y de apoyo, que por supuesto es buena en el plano emocional, en el plano físico, en el dolor y en el plano bioquímico del cuerpo”, explica la kinesióloga. “Tengo formación y, además de kinesióloga, también soy reflexóloga craneosacral (1), una osteopatía suave”.
Valérie había sido enfermera durante unos diez años y ya trabajaba en el ámbito médico; “poco a poco descubrí otra forma de cuidar a los pacientes”.
¿A quién va dirigida esta práctica? A todo el mundo, independientemente de la edad. Esta práctica ayuda a gestionar el estrés y las emociones, los traumas, la depresión, las adicciones, los trastornos del sueño, la falta de confianza en uno mismo, las dificultades en las relaciones de pareja. También los trastornos de concentración, aprendizaje, coordinación, organización, tensión muscular, dolores, migrañas, intolerancias alimentarias, trastornos bucodentales, etc.
Las sesiones son de una hora para kinesiología y un poco más para reflexología.
