El cáncer de pulmón, principal causa de mortalidad oncológica en Bélgica, suele diagnosticarse en una fase avanzada, cuando las posibilidades de curación son muy limitadas. La detección del cáncer de pulmón reduce la mortalidad por cáncer de pulmón en un 21% y la mortalidad general en un 5% entre las personas que participan. Además, según los cálculos del KCE, la realización de 3 exámenes de detección por cada 1.000 personas en riesgo evitaría 3 muertes por cáncer de pulmón al cabo de 10 años.
Pero esta detección también tiene desventajas. Algunos participantes se someterían innecesariamente a pruebas invasivas después de resultados falsos positivos. Otros serían diagnosticados y tratados por tumores de crecimiento lento que probablemente nunca habrían representado ningún peligro (sobrediagnóstico), afirma el KCE. La exposición repetida a la radiación, incluso en dosis bajas, también conlleva un ligero riesgo cancerígeno a largo plazo.
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En última instancia, realizar este tipo de pruebas en Bélgica costaría 18.530 euros por año de vida con buena salud. “Por lo tanto, la detección del cáncer de pulmón puede ser rentable si las autoridades están dispuestas a pagar más de 20.000 euros por cada año de vida con buena salud”, calcula la KCE.
Según el centro federal de expertos, “ahora corresponde a los responsables políticos tomar una decisión cuidadosamente basada en estos datos y otros posibles factores”. La KCE recomienda que las autoridades examinen primero en qué medida el grupo destinatario estaría dispuesto a participar en el cribado, después de haber sido debidamente informado de todas las ventajas y desventajas. Por último, es necesario evaluar de antemano el impacto del cribado en el presupuesto sanitario y en el sistema sanitario.
