ohl les prometió el infierno sobre el césped de Pierre-Fabre, los bordeleses se ofrecieron la invencibilidad de los Castres que resistían desde marzo de la temporada pasada (3-13). Para ello, el pelotón de delanteros consiguió subir el listón y poner en dificultades “a uno de los mejores scrums del campeonato”, afirmó Yannick Bru antes del partido. Bajo la llovizna del Tarn, gracias a su presencia desde los primeros minutos, a una conquista (por fin) eficaz y ordenada y al oportunismo de un Moefana que aún no había marcado esta temporada, los bordeleses tomaron el marcador y cubrieron a los Castres en su campo y en una duda que no pudieron disipar. Hasta una victoria sólida y serena.
“Pasando por todos los escenarios, malos comienzos, buenos comienzos y luego malos finales del partido, estuvimos bastante limpios”, resumió el capitán Mahamadou Diaby. Hicimos un buen primer tiempo, nos mantuvimos disciplinados, sobre todo en nuestra conquista, lo que nos permitió permanecer en el partido. Han pasado tres semanas y ya empieza a tener pinta de algo. »
modelo híbrido
Más allá de un éxito que sabemos que está entre los más complicados de alcanzar del campeonato, el mensaje enviado por los bordeleses también dice que el equipo está cumpliendo los objetivos que se propuso. Allí llegó la victoria en Toulouse (12-16) para dejar atrás definitivamente la final. Ahora está el de Castres donde los delanteros quisieron demostrar que no estaban a su nivel. “Es cierto que somos un equipo que ataca mucho y tenemos esa etiqueta de grupo contra el que tenemos que luchar para que se suelten”, analiza Diaby. Pero es ganando partidos así como conseguimos crear otra imagen y hacer entender a todos que somos un poco más híbridos, que podemos hacer un poco de todo. »
Y esto, independientemente de los jugadores alineados en el campo. Para este desafío contra el CO, el equipo de Burdeos se recuperó con una decena de ausencias y nada menos. No hay Poirot, Tameifuna, Bochaton, Gray, Gazzotti, Lucu, Jalibert, Tapuai, Bielle-Biarrey, Retière y otros Buros, lesionados o de vacaciones. Pero no hay problema, todavía funciona. Y los que no jugaron están casi más contentos que los que abandonan el campo como Maxime Lucu: “Teníamos a Max en el vestuario”, dice el capitán de la noche. Estaba de fiesta solo, estaba feliz como si estuviera con nosotros. »
El grupo vive bien como dicen. En otras palabras, ¿la solidez colectiva no ha subido todavía un nivel? “A pesar de los cambios, debemos poder mostrar siempre el mismo estado de ánimo”, confirma la tercera fila. Lo logramos semana tras semana, eso demuestra que estamos creciendo y que el colectivo UBB es fuerte”. Perfecto para esta época. “La próxima semana ya es un paso más”, lo sabe muy bien el entrenador de delanteros Jean-Baptiste Poux, pensando en la llegada del Toulon el próximo sábado (21:05). Luego vendrá la vuelta de la Copa de Europa, luego los dobles del Torneo. Mientras tanto, la UBB ha vuelto a alzar la voz.