El FBI anunció el domingo que estaba investigando “un supuesto intento de asesinato” contra Donald Trump por segunda vez en dos meses, con el candidato republicano “sano y salvo” y un sospechoso arrestado.
En el contexto de una campaña presidencial particularmente tensa a cincuenta días de las elecciones del 5 de noviembre, el ex presidente, que se encontraba jugando al golf en su casa de Florida, está “sano y salvo después de que se dispararan tiros cerca de él”, anunció inicialmente Steven Cheung, director de comunicaciones de su campaña, en dos líneas de un comunicado de prensa a primera hora de esta tarde.
El propio multimillonario y tribuno republicano de 78 años envió un mensaje de texto a la prensa, a través de sus portavoces, asegurando en letras mayúsculas que estaba “¡BIEN!”.
“Nadie resultó herido, gracias a Dios”.
El Servicio Secreto, la fuerza policial de élite encargada de proteger a presidentes, expresidentes y personalidades políticas, también había anunciado una investigación sobre los tiroteos, que tuvieron lugar “poco antes de las 14.00 horas” hora local (18.00 GMT).
Varios de sus agentes “abrieron fuego contra un hombre armado” que se encontraba cerca del borde del campo de golf de Donald Trump, y se encontró un fusil AK-47 con mira, junto con dos mochilas y equipo de grabación de video, dijeron las autoridades en una conferencia de prensa.
El sospechoso huyó en un automóvil negro, pero un testigo ayudó a la policía a identificar el vehículo y las autoridades lo localizaron.
“Tenemos a alguien bajo custodia que es un sospechoso potencial”, dijo el sheriff del condado de Palm Beach, Ric Bradshaw, en la conferencia de prensa.
Pero un funcionario del Servicio Secreto, Rafael Barros, reconoció a los periodistas que las autoridades “no estaban seguras en este momento de que el individuo pudiera haber disparado contra los agentes”.
A fortiori, no hay ninguna prueba de que el hombre arrestado haya abierto fuego en dirección al campo de golf donde jugaba Donald Trump. Por otra parte, sus motivos son por el momento desconocidos.
– Fiasco de seguridad –
El evento se produce en medio de una campaña ya de por sí loca que vio al candidato republicano escapar de un primer intento de asesinato este verano, al presidente demócrata Joe Biden tirar la toalla y a su vicepresidenta Kamala Harris reemplazarlo con poca antelación.
Joe Biden y Kamala Harris dijeron que estaban “aliviados” de que su oponente estuviera “sano y salvo”. Según un comunicado de la Casa Blanca, el presidente y su vicepresidente son “mantenidos regularmente informados por sus equipos”.
El pasado 13 de julio, el expresidente (2017-2021) que aspira a ser presidente nuevamente resultó herido en el oído por disparos que dejaron una persona muerta y dos heridas entre el público de un mitin de campaña en Pensilvania, uno de los seis o siete estados presidenciales clave en el noreste del país.
Las imágenes de Donald Trump, con sangre corriendo por su rostro y con el puño en alto, han dado la vuelta al mundo y han sacudido la campaña para las elecciones del 5 de noviembre.
Este fiasco de seguridad provocó la dimisión del jefe del Servicio Secreto y la baja obligatoria de al menos cinco agentes de esta unidad.
Una semana después, el 21 de julio, bajo presión de su propio bando demócrata tras un desastroso debate contra Donald Trump, el presidente Biden, de 81 años, abandonó nuevamente su candidatura y dejó el terreno a su vicepresidenta Harris.
Desde entonces, la campaña ha tomado un giro muy acalorado entre el tempestuoso empresario neoyorquino y su rival de 59 años, un ex fiscal y senador de California que se ha beneficiado de un verdadero impulso desde que entró en la carrera a fines de julio.
La Sra. Harris dijo en su cuenta X que “la violencia no tiene cabida en Estados Unidos”.
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