Siete meses después de su primera victoria, el ucraniano Oleksandr Usyk volvió a vencer el sábado en Riad al británico Tyson Fury, imponiéndose por puntos por decisión unánime, y conserva así sus cinturones de peso pesado AMB, CMB y OMB. Más precisamente, el ucraniano de 37 años impuso su ritmo y tocó varias veces a Fury con su gancho de izquierda. Los tres jueces le otorgaron la pelea 116-112 y permanece invicto en 23 peleas.
Después de haber “habló y bromeó mucho“A lo largo de su carrera, Tyson Fury dijo que estaba listo para pelear”.Esta vez lo digo en serio. Voy a causar algunos daños aquí el sábado por la noche. voy a causar mucho dolor“, había prometido. Pero de las buenas intenciones a la puesta en práctica, de las palabras a las acciones, había más de un paso. Había casi un mundo.
Oleksandr Usyk se enfrenta a Tyson Fury.
Crédito: Imágenes falsas
Usyk, lúcido y firme
Si Fury se había preparado como nunca durante tres meses, y si lo había dado todo en el Kingdom Arena, siempre le faltaba algo o algo grande para desatornillar la estatua de Usyk. Este último, con su boxeo tan completo e inteligente como siempre, dominó los debates y los rounds. Él fue quien tomó más iniciativa y fue quien tuvo mayor impacto. Asalto tras asalto, el campeón afirmó su control sobre la pelea, aunque, esta vez, Fury permaneció de pie.
El “Rey Gitano” incluso tuvo una magnífica reacción durante el décimo asalto, uno de los raros (¿el único?) que dominó claramente. Entonces nos dijimos que, tal vez, continuando con esta dinámica, Fury era capaz de lograr la hazaña. Pero con lucidez y firmeza, Oleksandr Usyk reanudó inmediatamente su marcha hacia adelante en el acto 11, como para afirmar y confirmar su superioridad. Al final del duodécimo y último asalto, el ucraniano se arrodilló con los brazos en alto. No estaba mintiendo. Furia lo sabía. El público también. Los jueces lo confirmaron.
Si le faltaba un toque de dramaturgia, esta esperada pelea, presentada como un duelo digno de las mayores epopeyas de la historia del peso pesado, no defraudó. Ambos campeones estuvieron a la altura de sus carreras y talento. A Oleksandr Usyk, todavía invicto entre los profesionales a sus 37 años, no le queda nada que demostrar. Entonces, ¿parar o seguir quieto? la segunda hipótesis es la más probable y ahora se dedicará a buscar nuevos retos que se adapten a sus necesidades.
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