La industria vitivinícola mundial sigue dominada en gran medida por los países europeos, con Italiala Francia y España quienes ocupan los tres primeros lugares del podio. Estas naciones mediterráneas, con sus tradiciones centenarias y sus terroirs excepcionales, producen por sí solas casi la mitad del vino del mundo. EL ESTADOS UNIDOS, Argentina y el Chile completan este panorama de gigantes del vino, mientras que Sudáfrica mantiene su posición como octavo productor mundial y primero en África con sus 124.000 hectáreas de viñedos.
Una tradición vitivinícola milenaria al servicio de la calidad
El Marruecos traza su camino en el mapa vitivinícola mundial con una producción anual de 40 millones de botellas, lo que le sitúa en el puesto 36 entre los productores mundiales. Esta actuación nace de un patrimonio vitivinícola que se remonta a la época fenicia y romana, enriquecido por unas condiciones naturales especialmente favorables. El reino se beneficia de una Clima único donde el sol generoso, los vientos del Atlántico y el terreno montañoso crean un terruño propicio para la producción de vinos con carácter. Los viñedos marroquíes, que se extienden sobre 42.216 hectáreas, producen vinos tintos, blancos, rosados y grises cuya calidad rivaliza con las producciones de las regiones francesas de Languedoc y Provenza.
Les Celliers de Meknès: un actor importante en la viticultura marroquí
La producción de vino marroquí encuentra su campeón en la Bodegas de Meknesque aseguran El 85% de la producción nacional se concentra en sus 2.000 hectáreas repartidas entre Guerrouane y Beni M’tir. Esta dominación se manifiesta en particular a través de su Castillo Roslaneel primer dominio marroquí en obtener la calificación “ Castillo » en 2008. El mercado local ofrece una gama de vinos de prestigio, como Château Roslan, Tandem y Carat, cuyos precios oscilan entre 195 y 420 dirhams por botella, lo que demuestra el posicionamiento de alta gama de algunas añadas marroquíes.
Un mercado en busca del equilibrio internacional
A pesar de un modesto consumo nacional de 2,2 litros per cápita, el sector vitivinícola marroquí presenta particularidades notables en sus intercambios comerciales. El reino importa el equivalente a la mitad de su producción y exporta sólo el 1,45% de sus vinos. Esta situación paradójica revela potencial para optimizar los flujos comerciales, particularmente en el desarrollo de las exportaciones. La reconocida calidad de los vinos marroquíes y su competitivo posicionamiento de precios constituyen importantes activos para conquistar nuevos mercados internacionales.
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