Un “asesinato” para provocar “terror”: la justicia estadounidense aumentó el martes los cargos contra Luigi Mangione, el presunto asesino de un jefe de seguros en Nueva York. Ya procesado por el asesinato, fue imputado por los mismos hechos pero con el agravante de “acto de terrorismo”.
Este “asesinato” en la madrugada del 4 de diciembre de Brian Thompson, director general de UnitedHealthCare, calificado de “sin escrúpulos”, “premeditado” y “dirigido”, tenía como objetivo provocar “terror”, insistió el fiscal de Manhattan, Alvin Bragg.
Si es declarado culpable de este delito, el ex brillante estudiante de 26 años, graduado en ingeniería de una familia rica e influyente de Baltimore, se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua sin libertad condicional.
Varios elementos lo abruman
Las imágenes captadas por cámaras de vigilancia del asesino sosteniendo fríamente su arma con silenciador y disparando al jefe de 50 años en una acera del distrito comercial de Midtown habían dado la vuelta al mundo. El sospechoso logró huir y salir de Nueva York.
Cinco días después, Luigi Mangione fue reconocido y detenido en un McDonald’s de Altoona, una pequeña localidad rural a unos 500 kilómetros al oeste de Nueva York, en el estado de Pensilvania. Muchos elementos lo implican en el asesinato: sus huellas dactilares fueron encontradas cerca de la escena del crimen, así como casquillos correspondientes al kit de armas, incluidos algunos elementos fabricados con una impresora 3D, que se le encontraron.
Entre sus pertenencias, la policía también encontró un texto escrito a mano de tres páginas dirigido al sector de los seguros de salud. Aún detenido en el estado de Pensilvania, Luigi Mangione deberá comparecer el jueves en una audiencia que podría acelerar su traslado a Nueva York, donde la justicia espera para juzgarlo.
Si el asesinato selectivo del jefe de la primera aseguradora de salud privada del país, al pie de los rascacielos de Nueva York, causó conmoción, también provocó una avalancha de comentarios de odio en las redes sociales contra los programas de seguros de salud estadounidenses, ilustrando profundamente ira hacia un sistema acusado de priorizar el beneficio sobre los cuidados.
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