Con 380.000 muertes relacionadas con el sida en 2022, África sigue en medio de una feroz batalla contra una pandemia mundial, y el estigma y los desafíos estructurales frenan el progreso hacia el objetivo de erradicación para 2030. Si bien 25,6 millones de personas fueron infectadas en 2022, según cifras de la OMS.
En África, la lucha contra el VIH/SIDA sigue siendo un desafío importante, a pesar de los notables avances logrados en las últimas décadas. A finales de 2022, el continente tenía 25,6 millones de personas que vivían con el VIH, incluidos 1,3 millones de niños de 0 a 14 años. Ese mismo año, 380.000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el SIDA, mientras que se registraron 109.000 nuevas infecciones entre los niños.
Los niños se encuentran entre las poblaciones más vulnerables al VIH. Sin una detección y un tratamiento tempranos, las consecuencias son dramáticas: la mitad de los niños VIH positivos mueren antes de cumplir dos años y el 80% no llega a cumplir cinco años. En 2022, 69.000 niños murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida, una cifra alarmante que pone de relieve la urgencia de implementar estrategias específicas y eficaces.
Gracias a la movilización internacional y regional, se han salvado millones de vidas gracias a un mayor acceso al tratamiento antirretroviral (TAR). De los 25,6 millones de personas que viven con el VIH en África, 20,8 millones recibían TAR a finales de 2022, lo que supone un progreso significativo. Sin embargo, esta cifra también pone de relieve la brecha crítica que persiste: casi 5 millones de personas aún carecen de acceso a estos tratamientos que salvan vidas.
Sin embargo, más allá de las cifras, los desafíos siguen profundamente arraigados en las desigualdades sociales, económicas y culturales. “ El VIH es un problema de salud complejo, intrínsecamente vinculado a factores como la pobreza, las desigualdades de género, el estigma y la discriminación. », recordó Matshidiso Moeti, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para África, en el Día Mundial del Sida.
La comunidad internacional se ha fijado objetivos ambiciosos para erradicar el VIH como amenaza para la salud pública de aquí a 2030. Estos objetivos, conocidos como 95-95-95, pretenden que el 95% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado, que el 95% de los que lo saben su estado reciba tratamiento antirretroviral, y que el 95% de las personas en tratamiento alcancen una carga viral indetectable, reduciendo así la transmisión del virus.
En África, siete países ya han logrado estos objetivos, un progreso notable que demuestra que se pueden implementar soluciones efectivas a gran escala. Sin embargo, la región en su conjunto tiene una puntuación general de la OMS de 90-82-76, lo que indica que aún es necesario realizar esfuerzos importantes para cerrar las brechas.
Para revertir esta tendencia de manera sostenible, se debe hacer hincapié en la prevención y la educación. Es esencial la igualdad de acceso a las herramientas de prevención, incluidos los condones, los tratamientos profilácticos y las campañas de información. Pero estos esfuerzos a menudo se ven socavados por actitudes discriminatorias y estigma social.
La lucha contra el VIH/SIDA en África es inseparable de un compromiso colectivo destinado a reducir las desigualdades estructurales y fortalecer los sistemas de salud. Las autoridades africanas, con el apoyo de socios internacionales, están comprometidas a ampliar las intervenciones de salud pública para frenar nuevas infecciones y mejorar el acceso a la atención.
Si bien el objetivo de poner fin al VIH como amenaza para la salud pública para 2030 parece ambicioso, sigue siendo alcanzable con una mayor voluntad política y una financiación sostenida. El Día Mundial del SIDA es un conmovedor recordatorio de que la solidaridad y la acción concertada son esenciales para proteger a las generaciones futuras.
MK/SF/ac/APA
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