Un mandato basado en la negociación es una posibilidad que los mercados no han previsto. Tiene cierto valor para los inversores.
Antes de las elecciones presidenciales estadounidenses, los mercados monetario y de bonos anticipaban una victoria de Donald Trump. Ahora, los inversores deben encontrar una respuesta a la pregunta sobre su futuro bajo una nueva presidencia de Trump. En nuestra opinión, hay tres opciones posibles, cada una de las cuales tiene implicaciones diferentes para los mercados.
En primer lugar, está la presidencia “clásica” de Trump, la que el mercado anticipaba, que incluye aranceles agresivos, recortes de impuestos corporativos y una tendencia hacia la desregulación.
Luego está la llamada presidencia “impredecible” de Trump, sin dirección fija. Conduciría a una mayor volatilidad, que aparecería en algunos activos, pero no en todos.
Finalmente, está la presidencia de Trump basada en la negociación, que buscará obtener acuerdos beneficiosos para Estados Unidos utilizando como punto de partida las posiciones extremas presentadas durante su campaña. Esta última versión es una que los mercados no anticiparon, por lo que presenta cierto valor para los inversores.
Calificar desafíos
La tarea de los inversores en bonos se complica aún más por la reacción de la Reserva Federal de Estados Unidos ante los resultados electorales. El control republicano del ejecutivo y el legislativo abre la puerta a políticas trumpianas de recortar impuestos y aumentar los déficits, influyendo en la curva de rendimiento.
Ante una economía sólida, los inversores ya han revisado sus expectativas sobre el actual ciclo de tipos. La Reserva Federal debería reducirlos aún más, pero menos de lo esperado. Las políticas de Trump sobre aranceles e inmigración, así como un mayor gasto presupuestario y menores impuestos, corren el riesgo de ser inflacionarias. Ambas tendencias podrían hacer subir la tasa terminal de los fondos federales –el nivel en el que es probable que se estabilice la tasa de interés de política–, así como el camino que conduce a ella.
Para los inversores en bonos, un mayor componente inflacionario de la curva de tipos de interés podría verse agravado por un aumento de las primas por plazo –es decir, las primas de riesgo asociadas con la tenencia de bonos maduros a largo plazo– y esto debido a los riesgos asociados con el creciente déficit estadounidense.
¿Debilitamiento del dólar?
Los derechos de aduana tienden a fortalecer la moneda del país que los impone. Aunque es discutible si Trump realmente implementará los aranceles del 60% sobre China prometidos durante su campaña, el mercado anticipa importantes medidas comerciales. Si bien el dólar ya se estaba beneficiando de la situación económica, Trump le ofreció un segundo impulso.
Sin embargo, si, como creemos, Trump termina frenando sus golpes contra el comercio, el dólar podría terminar perdiendo algunas de sus ganancias.
Un dólar fuerte penaliza la deuda de los mercados emergentes, porque los países que se endeudan en dólares tienen que pagar más en relación con su propia moneda y producción. Sin embargo, China podría mitigar este fenómeno aumentando sus medidas de recuperación económica. Beijing ya ha inyectado 2 billones de RMB (o el 1,6% del PIB) y ha autorizado la emisión de 10 billones de RMB de un total de cinco, lo que indica que se estaban considerando otras medidas presupuestarias. Si el gobierno siente que necesita hacer más en respuesta a la propuesta de Trump de recortar las importaciones chinas, tiene el espacio fiscal para hacerlo. Un importante estímulo chino beneficiaría a otras economías de mercados emergentes, en particular a las de sus vecinos cercanos.
Al mismo tiempo, se espera que el Banco Central Europeo responda tanto a la amenaza de los aranceles estadounidenses como a la debilidad de la economía de la eurozona relajando aún más la política monetaria. Creemos que el BCE tendrá que bajar los tipos por debajo de su nivel natural.
Enigmas geopolíticos
Los efectos económicos ocultos de la presidencia de Trump en el corto y mediano plazo están directamente relacionados con la incertidumbre geopolítica que reina hoy. Esta incertidumbre podría añadir una prima de riesgo adicional a los precios de los activos, una prima de riesgo trumpiana que los mercados no han descontado plenamente. Independientemente del camino que tome su administración, debemos esperar muchas sorpresas.
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