Las negociaciones de una semana en Busan, Corea del Sur, para alcanzar un tratado global contra la contaminación plástica no lograron llegar a un acuerdo y continuarán en una fecha posterior, anunció el domingo el diplomático que preside el proceso.
“Varias cuestiones críticas aún nos impiden alcanzar un acuerdo general. Estas cuestiones no resueltas siguen siendo espinosas y se necesitará más tiempo para resolverlas de manera efectiva”, declaró el embajador ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso al abrir la última sesión plenaria de negociaciones de la ONU.
“Debemos aprovechar los avances logrados” durante la semana, añadió. “Existe un acuerdo general para reanudar la sesión en una fecha posterior”.
Después de dos años de conversaciones, los más de 170 países representados en la quinta y en principio última reunión del Comité Intergubernamental de Negociación para un Tratado contra la Contaminación Plástica (INC-5) tenían hasta el domingo por la tarde para llegar a un acuerdo.
Pero desde que se inició la sesión el 25 de noviembre, las negociaciones se han convertido en un diálogo de sordos entre una mayoría de países que desean un acuerdo ambicioso y un pequeño grupo de estados productores de petróleo liderados por Rusia, Arabia Saudita e Irán.
– “La obstrucción continúa” –
“Estamos preocupados por la continua obstrucción” de algunos países productores de petróleo, declaró por la mañana la ministra francesa de Energía, Olga Givernet.
Un diplomático europeo que participó en las negociaciones describió a la AFP interminables reuniones en el seno de los distintos grupos de contacto, que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada sin el menor progreso.
El grupo de países recalcitrantes “practicó la táctica del aplastamiento, el abuso del poder de veto”, afirmó el domingo este diplomático, que habló bajo condición de anonimato. “Vimos hasta 60 intervenciones de cinco minutos cada una para cambiar una simple frase” del borrador del acuerdo.
“Preferiríamos irnos de aquí sin un acuerdo que con un mal acuerdo, pero no estamos contentos. La situación es muy mala”, añadió.
La frustración aumentó a lo largo de la semana en el seno de la “Coalición de las Grandes Ambiciones”, que reúne a los países a favor de un tratado fuerte que aborde todo el “ciclo de vida” del plástico, es decir, desde la producción de polímeros basados en productos derivados del petróleo hasta la gestión de residuos plásticos.
Esta coalición se opuso al pequeño grupo liderado por Rusia, Arabia Saudita e Irán, que creen que el futuro tratado debería referirse únicamente a la gestión de residuos y al reciclaje de residuos plásticos.
Los delegados de países ambiciosos, sin embargo, quisieron cerrar la conferencia de Busan con un tono positivo.
“Hemos logrado avances muy necesarios en una serie de cuestiones que serán cruciales para que el tratado alcance su objetivo de proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos nocivos de la contaminación plástica”, dijo la jefa de la delegación ruandesa, Juliet. Kabera, durante la sesión plenaria.
“Sin embargo, expresamos nuestra profunda preocupación por los continuos llamamientos de un pequeño grupo de países para eliminar del texto disposiciones vinculantes esenciales para la eficacia del tratado”, continuó.
En un inusual despliegue visual, Kabera, hablando en nombre de un grupo de 85 países, pidió a todos los delegados que compartían su posición que se pusieran de pie al final de su discurso, provocando un estruendoso aplauso.
– “brecha considerable” –
Si no se hace nada, la contaminación plástica podría triplicarse en todo el mundo de aquí a 2060, también después de triplicar la producción mundial hasta 1.200 millones de toneladas, frente a los 460 millones de toneladas de 2019, según un cálculo de la OCDE.
El grupo de países opuestos a un acuerdo que prevea recortes de producción ha encargado a Kuwait que exprese sus puntos de vista al final de la negociación.
“No es una cuestión de minoría o mayoría. Nuestra presencia aquí refleja un compromiso franco para combatir la contaminación plástica”, afirmó el representante de este país, reclamando “respeto” para su grupo.
“Pero debemos expresar nuestra seria preocupación por la forma en que se llevó a cabo esta negociación”, criticó, afirmando que los delegados se habían excedido en su mandato al exigir recortes de producción.
“El objetivo de este tratado es acabar con la contaminación plástica, no el plástico en sí”, continuó el delegado kuwaití. “No hemos escuchado ninguna propuesta sobre qué podría reemplazar al plástico”.
Un representante iraní, por su parte, reconoció la “diferencia considerable” entre las posiciones de los Estados. “Seguimos decididos a continuar las negociaciones constructivas”, dijo, afirmando que estaba dispuesto a reanudar las negociaciones más adelante sobre la base del proyecto de acuerdo negociado en Busan.
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