Ismail Snabi vivió un calvario que califica de auténtico infierno, ocurrido el 29 de agosto de 2023. Ese día, durante una excursión en moto de agua con tres de sus familiares, su moto de agua se averió, dejándolos perdidos en aguas argelinas.
Mientras intentan regresar al puerto deportivo de Saïdia, se ven atrapados en una situación trágica. Dos de sus amigos, Bilal Kissi y Abdelali Mchiouer, murieron por disparos de la guardia costera argelina. Mohamed Kissi logra huir, pero Ismail es arrestado.
Después de un año tras las rejas en Argelia, finalmente regresa a casa, pero el recuerdo de este suceso permanece grabado en su memoria. De regreso a su apartamento de Clichy-sous-Bois, revive constantemente esta experiencia que marcó profundamente su vida.
En compañía de sus amigos, y después de haber pasado un rato agradable, decidieron regresar a Saïdia. Sin embargo, la noche llegó rápidamente y una densa niebla se levantó, desestabilizándolos. Aunque todavía creían que se dirigían hacia su punto de partida, en realidad se aventuraban hacia aguas argelinas. “Nos equivocamos”recuerda Ismail en su testimonio a El mundo. Pero en mar abierto no se veía ninguna señal que les indicara la dirección correcta.
Alrededor de las 8 de la noche, un barco surgió repentinamente de la niebla y se dirigió directamente hacia ellos. A bordo se encontraban guardacostas argelinos. Ismail, aliviado al ver a alguien, intentó pedir ayuda en árabe: “Venimos de Marruecos, nos perdimos”. Pero su respuesta fue brutal: “¡Fuera de aquí!” ¡Marruecos está por allá! “.
Los cuatro amigos se dieron la vuelta inmediatamente, pero poco después se escucharon disparos. Presa del pánico, Ismail saltó al agua, pensando que su fin estaba cerca. Cuando lo detuvieron los militares, lo ataron y lo golpearon violentamente, haciéndole preguntas absurdas sobre un posible viaje a Israel o su bebida. Este fue el comienzo de otra dura prueba a bordo del barco.
Mientras llevaban a Ismail a Argelia, Bilal y Abdelali, sus compañeros, fueron asesinados a tiros. Mohammed logró regresar a la costa marroquí. Sólo mucho más tarde Ismail se enteró de la tragedia que había afectado a sus amigos: un policía en prisión le mostró una fotografía del cuerpo de Abdelali, mientras que el cadáver de Bilal sólo le fue revelado después de varias semanas.
Encarcelado en Argelia, Ismail sufrió numerosas humillaciones y torturas: palizas, interrogatorios absurdos y amenazas. El que pesaba 120 kilos perdió 30 kilos en prisión y su salud mental se fue deteriorando paulatinamente. Condenado a un año de prisión y a una multa exorbitante de 100.000 euros, se vio obligado a endeudarse para comprar su libertad. Tras su liberación en agosto de 2024, recibió una última amenaza velada: “No hables. No olvides que tienes familia aquí”.
Hoy, Ismail intenta rehacer su vida, bajo el cuidado de un psiquiatra y el apoyo de su familia. Sin embargo, los recuerdos de este período siguen vivos. Los familiares de las víctimas presentaron una denuncia, lo que marca un posible camino hacia la justicia, aunque el resultado aún parece incierto.
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