Organizada bajo el Alto Patrocinio del Rey Mohammed VI, la séptima edición de CASAMOUJA concluyó recientemente, marcando un paso importante en el enriquecimiento cultural de Casablanca y la promoción de valores cívicos esenciales. Liderado por Casablanca Events and Animation, este emblemático proyecto de Street Art es parte de la misión de democratizar el arte en los espacios públicos, al tiempo que embellece los barrios de la ciudad gracias a frescos monumentales. Este año, los valores de civismo, solidaridad, integridad, patriotismo, tolerancia y paz constituyeron el hilo conductor del evento, resonando con el compromiso social y cultural del Nuevo Modelo de Desarrollo.
Desde su creación en 2017, CASAMOUJA ha trabajado para redefinir el paisaje urbano de Casablanca, transformando las murallas de la ciudad en vectores de expresión para artistas locales e internacionales. Esta iniciativa tiene como objetivo promover la cultura marroquí, ilustrando el potencial del arte callejero para sensibilizar al público sobre los problemas contemporáneos. Este año, el tema de los valores cívicos adquirió una dimensión particular, recordando la importancia de construir una sociedad inclusiva y unida donde todos puedan prosperar.
En un comunicado, los organizadores explican que la edición 2024 de CASAMOUJA se inscribe en un contexto en el que el arte y la cultura se están convirtiendo en pilares de la transformación social en Marruecos. Al integrar valores cívicos en las obras expuestas en los espacios públicos, CASAMOUJA tiene como objetivo sensibilizar a los ciudadanos sobre un comportamiento responsable y solidario. Estos frescos, accesibles a todos, representan no sólo obras de arte, sino también herramientas de reflexión colectiva para una sociedad marroquí más unida e inclusiva.
Los frescos de CASAMOUJA también encarnan la importancia de preservar el patrimonio cultural y al mismo tiempo allanar el camino para las prácticas artísticas contemporáneas. Esta operación contribuye a hacer de Casablanca una ciudad abierta, dinámica y atractiva, donde el arte se convierta en un lenguaje universal para promover valores que fortalezcan el tejido social. Al involucrar a los ciudadanos y movilizar a los artistas en torno a los valores cívicos, CASAMOUJA participa activamente en el desarrollo cultural de la metrópoli, subrayan los organizadores.
Frescos con mensajes potentes y comprometidos
Cada fresco de esta edición cuenta una historia y transmite un mensaje contundente, invitando a los transeúntes a reflexionar sobre el papel del arte y la fuerza de los valores cívicos. Las obras, ricas en símbolos y colores, transmiten mensajes de respeto, solidaridad y responsabilidad hacia el medio ambiente y hacia los demás, explica la misma fuente.
Durante la edición de 2024 de CASAMOUJA, varios artistas contribuyeron a la creación de 10 murales en Casablanca. Hamza Bendarham, alias Ben, creó dos frescos que destacan la protección del medio ambiente y la transmisión intergeneracional. Said Sabbah, conocido como Dais, creó una obra que simboliza la unidad y la solidaridad, con las manos entrelazadas que representan la interdependencia humana. Ayoub Dadouche, también conocido como Afrofatcap, pintó un fresco que ilustra la ayuda mutua entre generaciones, mostrando a una joven ayudando a un anciano a cruzar la calle.
Además, Fabián Bravo Guerrero, apodado Kato, aportó un toque internacional con un fresco que combina elementos simbólicos y culturales, en particular golondrinas y motivos inspirados en la mezquita de Hassan II. Este trabajo ha sido reconocido a nivel mundial; obtuvo el 2do lugar en el ranking “BEST OF OCTOBER TOP 3” establecido por Street Art Cities, plataforma dedicada a la promoción del arte callejero en todo el mundo.
Para Amine Hajila, conocido bajo el seudónimo de Brush, creó dos frescos: uno en trompe l’oeil que representa arcos y manos tradicionales marroquíes uniéndose, y el otro titulado “El aliento de Casablanca”, que destaca la escena de manos doradas extendidas hacia los pájaros en vuelo. .
Por su parte, Hicham Ismaili Alaoui, alias Sika, pintó un fresco que representa a una mujer marroquí con vestimenta tradicional, simbolizando la sencillez y la belleza de la vida antigua en la medina, mientras que Majid El Bahar creó un fresco que representa un majestuoso faro sobre un acantilado, acompañado por gaviotas en vuelo, que simbolizan la libertad y la serenidad.
Salma El Ouardi y Oussama Ait Taleb colaboraron en un fresco que fusiona elementos tradicionales marroquíes y objetos cotidianos, que cobran vida con colores vibrantes y contrastantes, dijeron los organizadores.
Un impacto duradero en la metrópoli y sus habitantes
Con más de 90 frescos creados en todas las prefecturas de Casablanca desde el lanzamiento de CASAMOUJA, el proyecto continúa transformando la cara de la ciudad. Cada fresco se convierte en un hito, un lugar de encuentro y de intercambio donde los residentes pueden reunirse y redescubrir su ciudad a través de un prisma artístico, explican los organizadores, que destacan que estas obras, que oscilan entre el homenaje a la cultura marroquí y la apertura a la diversidad, enriquecen el espacio público al creando entornos propicios para el intercambio y el asombro.
Por último, cabe subrayar que CASAMOUJA se inscribe plenamente en la estrategia de atracción de WeCasablanca, que concede una importancia primordial a la cultura desde su creación.
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