La revolución silenciosa orquestada por Lane Hutson sobre el juego de poder del canadiense alcanzó su punto máximo anoche.
Con la ausencia de Mike Matheson en la alineación, Martin St-Louis no tuvo más remedio que colocar a Hutson en la primera unidad del Power Play, un ajuste que toda la ciudad llevaba semanas pidiendo.
Pero nadie esperaba que Hutson monopolizara el hielo de forma tan dominante.
Hutson no sólo lideró la primera ola con facilidad, sino que también pasó los dos minutos completos del juego de poder en el hielo, pilotando tanto la primera como la segunda ola.
Este privilegio, digno de grandes estrellas como Connor McDavid y Leon Draisaitl, es una declaración clara: Hutson ya no es sólo una opción, se ha vuelto indispensable.
Incluso Martin St-Louis, habitualmente mesurado en sus comentarios, pareció impresionado por la actuación de su joven defensor.
“Lane tiene una habilidad única para ver la jugada, reaccionar rápidamente y ejecutar bajo presión. Tiene una madurez poco común para un jugador de su edad”confió después de la reunión.
Estas palabras, aunque elogiosas, dicen mucho de la nueva dinámica que se está viviendo en el vestuario.
¿El problema? Mike Matheson.
El veterano, aunque considerado el pilar defensivo del equipo durante dos temporadas, podría verse relegado a la segunda ola de juego de poder cuando regrese al juego.
Esta posibilidad plantea una pregunta complicada: ¿Puede Martin St-Louis realmente justificar el traslado de Hutson de la primera unidad después de semejante actuación?
St-Louis ya ha dejado entrever sus intenciones subrayando la importancia de ganarse el tiempo en el hielo:
“En esta liga nada se da, todo se gana. Si actúas, juegas. » Una afirmación que bien podría aplicarse a Matheson, a pesar de su condición de veterano.
Lo más sorprendente es que Lane Hutson es ahora el único jugador del equipo que se beneficia de este trato preferencial en el juego de poder.
Ni Nick Suzuki, el capitán, ni Cole Caufield, aunque en llamas desde el inicio de la temporada, estuvieron dos minutos completos sobre el hielo durante un Power Play.
Esta elección estratégica del St-Louis, difícil de ignorar, sitúa a Hutson en lo más alto de la jerarquía ofensiva del CH, al menos en lo que respecta a la ventaja numérica.
Entonces, ¿qué pasará cuando Matheson regrese?
La segunda ola parece ser su única opción realista, pero podría provocar cierta tensión. Porque, seamos honestos, sacar a Hutson de la primera ola después de tal demostración no solo sería inconsistente, sino que probablemente sería mal recibido por los fanáticos y el vestuario.
St-Louis parece ser consciente de las repercusiones de sus decisiones.
Cuando se le preguntó sobre su gestión de jugadores, dijo:
“Mi función es dar a todos la mejor oportunidad de triunfar, pero también mantener al equipo en una posición ganadora. »
Una filosofía que ha guiado sus decisiones hasta ahora, pero que podría ponerse a prueba en este escenario.
Una cosa es segura: Lane Hutson ha redefinido las expectativas.
Y ahora, todo depende de Martin St-Louis para navegar esta delicada situación, donde el equilibrio entre ganarse su lugar y respetar a los veteranos bien podría generar malestar en los próximos días.
Continuará…
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