Una contribución de Alvaro Dexeus, Director General para el Sur de Europa de Pleo
Aunque continúa la búsqueda de la excelencia en innovación, persisten muchos desafíos para mejorar la competitividad en Europa. Este año, el Cuadro Europeo de Innovación sitúa a Francia en el puesto 15 en la categoría de “innovador fuerte”. Sin embargo, a pesar de los avances en ciertos indicadores clave, el país enfrenta varios obstáculos, como la disminución de las inversiones en innovación fuera de I+D y la falta de capacitación en TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Estos obstáculos limitan el potencial de innovación de las empresas francesas y obstaculizan su capacidad para seguir siendo competitivas en la escena europea.
Pero ¿cómo podemos invertir en innovación cuando la presión financiera reduce la capacidad de acción? La gestión del flujo de caja no es sólo una cuestión de equilibrio financiero, sino que también es crucial para el desarrollo de la empresa. Y para muchos de ellos, esta cuestión se vuelve cada vez más urgente.
La presión financiera sigue presente
Las dificultades de liquidez ya han limitado al 38% de las organizaciones francesas sus inversiones que habrían permitido oportunidades de crecimiento o nuevos proyectos*. Este obstáculo penaliza a las empresas; sin embargo, este no fue siempre el caso.
La situación actual hace que este tema sea más relevante que nunca. Debilitadas por las turbulencias económicas y políticas de los últimos años, ligadas a factores como la pandemia y el aumento de la inflación, muchas organizaciones temen una nueva recesión y se encuentran en un constante estado de preparación y resiliencia. En cuanto a los líderes empresariales, a menudo se sienten atrapados en un círculo vicioso. Quieren innovar, invertir en nuevos proyectos y seguir desarrollándose. Sin embargo, carecen constantemente de recursos, limitándose a cubrir sus necesidades básicas. En lugar de mirar hacia el futuro, se ven obligados a tomar decisiones a corto plazo para mantenerse a flote.
El flujo de caja, una cuestión central para las empresas francesas
Hoy en día, observamos que el 31% de las organizaciones francesas dicen que tienen que afrontar problemas regulares de flujo de caja y el 54,2% de los responsables financieros franceses consideran la gestión del flujo de caja como una de sus 3 principales prioridades en 2024. No son preocupaciones menores. ; Las dificultades de flujo de caja pueden poner en peligro la competitividad de una empresa, impidiéndole aprovechar nuevas oportunidades o superar desafíos imprevistos. La observación es clara: sin suficiente liquidez, no sólo se estancan sino que corren el riesgo de hundirse.
Además, casi el 44% de las organizaciones dicen que necesitarían más apoyo financiero para gestionar mejor las brechas de flujo de caja. Las altas tasas de interés, los largos tiempos de aprobación y los estrictos términos de pago hacen que el financiamiento tradicional sea un espejismo. Estos desafíos los frenan y les impiden crecer en un mercado en constante evolución.
Una crisis de flujo de caja puede desestabilizar incluso a las empresas más prometedoras. Cuando tienen que gestionar constantemente emergencias financieras, pierden la capacidad de planificar con antelación y tomar decisiones estratégicas audaces que les den una ventaja competitiva y promuevan un crecimiento sostenible.
Flexibilidad financiera, clave para la supervivencia y el crecimiento de las pymes
El panorama comercial francés está evolucionando rápidamente y la flexibilidad financiera se está convirtiendo en un factor clave para el éxito a largo plazo. Es fundamental tener la libertad de aprovechar las oportunidades sin temor a endeudarse. Ya sea explorando nuevos mercados, invirtiendo en tecnologías que automaticen tareas repetitivas, como herramientas de gestión de gastos, o lidiando con costos inesperados, las empresas deben poder actuar con rapidez y decisión.
Con 159.000 PYME (excluidas las microempresas) que generan casi el 23% del valor añadido de todas las empresas, las PYME representan un desafío importante para la economía francesa. El desarrollo del país depende del coraje y la innovación de estas organizaciones. El futuro del panorama empresarial depende de que estas estructuras puedan beneficiarse de la flexibilidad financiera necesaria para adaptarse, crecer y prosperar. Es urgente resolver los problemas de flujo de caja; sin soluciones, el riesgo es paralizar las empresas que impulsan nuestra economía. Apoyar a estas organizaciones significa también garantizar el futuro de la economía francesa.
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