DayFR Spanish

rumbo al Sahara marroquí

-

las Provincias del Sur, alguna vez marcadas por una economía esencialmente centrada en la pesca y la agricultura artesanales, son hoy terreno popular para inversores nacionales e internacionales en diversos campos, pero principalmente en el de la energía verde. Con un presupuesto aumentado a más de 80 mil millones de dírhams, el Nuevo Modelo de Desarrollo para las Provincias del Sur ha permitido crear infraestructuras modernas y un entorno atractivo para quienes desean invertir. Hoy en día, la región del Sáhara marroquí acoge cada vez más proyectos innovadores que pretenden maximizar su potencial energético renovable. Esta zona goza de condiciones geográficas ideales para el desarrollo de la energía eólica y solar.

Proyectos como el parque eólico de Tarfaya, uno de los más grandes de África, ilustran esta ambición por desarrollar estos recursos. Otras instalaciones solares a gran escala, como las previstas en El Aaiún y Boujdour, refuerzan la capacidad de producción de energía verde de la región. Esta infraestructura no sólo satisfará las necesidades energéticas de Marruecos, sino que también contribuirá a las ambiciones europeas de descarbonización mediante la exportación de energía limpia. Esta ambición se vio reforzada durante la reciente visita de Estado del presidente francés Emmanuel Macron quien, a través de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), tomó la decisión de invertir en el Sahara. Esto se tradujo en la firma de seis declaraciones de intenciones con el gobierno marroquí, que representan un importe de más de 900 millones de euros durante los próximos cinco años, en una lógica de coinversión.

Hidrógeno verde y amoníaco

Al mismo tiempo, grandes multinacionales extranjeras también han puesto sus ojos en este territorio propicio al desarrollo del hidrógeno verde y el amoníaco, que promete ser una prioridad en esta transformación sostenible. El gran proyecto “Chbika” dirigido por TotalEnergies en Guelmim-Oued Noun es prueba de ello. Por primera vez en el país y en África, su objetivo es proporcionar 1 GW de capacidad solar y eólica terrestre que impulsará la producción de hidrógeno verde mediante la electrólisis de agua de mar desalinizada. El objetivo es producir 200.000 toneladas de amoníaco verde al año en una primera fase, principalmente para exportar a Europa.

Esta inversión, que en última instancia debería alcanzar los 11.000 millones de dólares, posiciona a Marruecos como un actor clave en la producción de combustibles verdes. La Oficina del Fosfato de Cherifian (OCP) también emprende este camino con proyectos de gran envergadura en la región de El Aaiún. Para 2032, OCP pretende producir hasta 3,2 millones de toneladas de amoníaco verde al año, con una infraestructura que incluye una planta electrolizadora de hidrógeno, una estación desalinizadora e instalaciones de producción solar y una turbina eólica. Esta iniciativa tiene como objetivo hacer más sostenible la industria de fosfatos del país, al tiempo que fortalece su competitividad internacional.

Dajla, un potencial inesperado

La región de Dajla, además de su potencial energético, se centra en la desalinización de agua de mar para satisfacer las necesidades de agua potable y riego. El contrato adjudicado a Veolia para la construcción de la segunda planta desaladora de agua de mar más grande del mundo en esta región representa un pilar de esta estrategia. Con una capacidad prevista de 300 millones de metros cúbicos de agua al año, esta infraestructura satisfará las necesidades tanto domésticas como agrícolas, al tiempo que dependerá de energía limpia para minimizar su huella ambiental. Además, la construcción en curso del puerto de Dakhla Atlantic completa esta estrategia energética y medioambiental.

Este puerto, que se convertirá en un centro logístico clave para el comercio africano y europeo, facilitará la exportación de energía renovable producida en el Sáhara marroquí. Su puesta en funcionamiento, prevista para 2028, reforzará la integración económica de Marruecos con el África subsahariana, al tiempo que permitirá una mayor distribución de energía verde. Estas inversiones masivas y estas iniciativas pioneras muestran que el Sáhara marroquí no es sólo un territorio en desarrollo, sino una palanca para el futuro energético de Marruecos y un socio esencial para un mundo más verde.

Related News :