Un enigma cósmico se va aclarando poco a poco. Urano, el tercer planeta más grande de nuestro sistema solar, siempre ha sido un misterio para los científicos. Podría ser que nuestra comprensión de este “gigante de hielo” sea en realidad incorrecta, sugiere un nuevo estudio publicado el lunes 11 de noviembre en la revista Nature Astronomy, antes de ser descubierto por el Washington Post.
¿Cómo se hace esto? Es posible que se haya producido un raro evento de viento solar cuando la sonda Voyager 2 pasó cerca de este planeta en 1986. Este evento habría influido en las conclusiones de los expertos de la época. “Nuestra comprensión del sistema de Urano puede ser más limitada de lo que se pensaba”detallan los investigadores que participaron en este trabajo.
Los investigadores se sorprendieron al descubrir que Urano parecía carecer de plasma…
El llamado “planeta yacente”, situado en la séptima posición del sistema solar, fue visitado sólo una vez por la sonda Voyager 2. Todo lo que sabemos sobre él proviene también de observaciones realizadas desde la Tierra, principalmente gracias al Telescopio Espacial Hubble. y otros instrumentos astronómicos. En total, la sonda recorrió más de 2.900 millones de kilómetros en nueve años para llegar a Urano, recuerda el diario estadounidense. Durante su encuentro con el planeta, recopiló la mayoría de los datos disponibles, incluidos los anillos y las lunas del planeta, en sólo seis horas.
Los resultados de esta misión resaltaron el hecho de que la magnetosfera de Urano, este tipo de campo magnético protector ubicado alrededor del planeta, era única. A los científicos les pareció muy asimétrico, con cinturones de radiación mucho más intensos de lo que esperaban. Sin embargo, Urano parecía carecer de plasma, en marcado contraste con las magnetosferas de otros planetas gigantes del sistema solar, los últimos de los cuales están llenos de energéticas partículas ionizadas.
En nuestro planeta azul, la magnetosfera desempeña un papel crucial para la vida. En concreto, protege la Tierra de la radiación y de los vientos solares, recuerda el Washington Post. Si entramos en detalle, la magnetosfera terrestre adopta la forma de una burbuja gigante, comparable a la de un cometa, que nos protege de las peligrosas radiaciones cósmicas.
… En realidad, Urano se encontraba en una situación extremadamente rara en ese momento.
Los autores de este nuevo estudio creen que la Voyager 2 observó Urano inmediatamente después de que ocurriera un intenso viento solar. Este último habría comprimido su magnetosfera, vaciándola de plasma y provocando “cinturones de radiación electrónicos muy energéticos”. En otras palabras, se trata de zonas donde los electrones están especialmente activos y cargados de energía, lo que hace que la radiación sea más intensa.
Según los investigadores, si la sonda hubiera llegado una semana antes, habría encontrado una magnetosfera más típica de la de otros gigantes del sistema solar, como Júpiter, Saturno y Neptuno. “La sonda vio a Urano en condiciones que sólo se dan el 4% del tiempo”confirma Jamie Jasinski, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, autor principal del estudio, cuyos comentarios se transmiten en un comunicado de prensa. Estos nuevos elementos sugieren que las condiciones observadas durante el vuelo no eran representativas de lo normal y que sesgaron las conclusiones de los científicos.
Un estudio prometedor para las cinco grandes lunas de Urano
Este estudio es rico en lecciones, porque es garantía de nuevas esperanzas respecto de Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón, las cinco grandes lunas de Urano. En última instancia, podrían mostrar signos de actividad geológica, lo que hasta ahora se consideraba poco probable. Los investigadores creían que la ausencia de plasma alrededor de Urano significaba que estos satélites naturales estaban inertes y sin actividad interna. Sin embargo, los resultados del trabajo publicado en Nature Astronomy sugieren que esto podría ser falso.
Los expertos subrayaron la necesidad de otras misiones en el futuro para explorar Urano en mayor profundidad. Recordemos que una encuesta realizada en 2022 por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina recomendó que la NASA hiciera de Urano una prioridad en la próxima década. Y ello, dedicando un año a orbitar el planeta y enviar una sonda a su atmósfera.
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