Incluso más que una obra de ShakespeareLos que se sonrojanuna serie web coproducida por RTS y Arte, ofrece un espectáculo cautivador: el de un grupo tomando forma, de individualidades tomando forma. Está Ulrich, un jefe con fraseo urbano que prefiere el regate a las comedias mágicas; Nicolas, cuya vena payasada lo convierte en un objetivo perfecto; Kayna, la chica bonita que siempre tiene el control; o incluso Marie, a quien le gustaría no ser tan transparente, pero ¿cómo?
imita a tus padres
Si estos personajes suenan bien, en realidad no son personajes. Después de un extenso casting en el que participaron 2.000 escuelas secundarias y 100 clases de teatro, la producción construyó el guión de la serie basándose en jóvenes estudiantes de actor, que aquí interpretan sus propios papeles. Por tanto, una serie que se basa en gran medida en la realidad, en particular en la tumultuosa realidad de la adolescencia.
Al mando, Julien Gaspar-Oliveri, que tampoco necesitaba fantasear demasiado. El actor y director tiene el teatro anclado en su corazón desde pequeño, aunque sea un cortometraje, la tierna edadque le llevó a los César en 2020. Tanto delante como detrás de la cámara, insufla una intensidad loca a todas las secuencias, que en sí mismas no son nada espectaculares: pide a la clase que habite el espacio, que exprese sus mayores miedos, abrazarnos… Pero estos paréntesis de exposición tocan profundamente, como cuando los alumnos tienen que imitar a sus propios padres. Un espejo confuso…
Ocho episodios de diez minutos no son mucho, pero sí suficientes para abrir mundos, donde la ficción se encuentra con el documental y donde una puesta en escena minimalista, en el buen sentido del término, deja brillar el lado humano: sensible, divertido, complejo.
“Los que se sonrojan”, webserie de Julien Gaspar-Oliveri (2024) en ocho episodios de 10′. Para ver en Play Suisse.
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