Durante su campaña expresa, Kamala Harris aseguró: los votantes de Estados Unidos estaban “absolutamente listos para elegir y ser dirigidos por una mujer y una mujer de color”. Los resultados demostraron que estaba equivocado. Al igual que en 2016, la población estadounidense eligió –mayoritariamente– al candidato republicano, Donald Trump, para ser el 47º presidente de su país.
Por segunda vez en ocho años, una candidata a la Casa Blanca no logró “romper el techo de cristal más alto y difícil”, como lo describió Hillary Clinton. Y por segunda vez, frente al mismo candidato misógino, que sin embargo fue derrotado por Joe Biden en 2020.
Entonces, ¿por qué Estados Unidos todavía no está preparado para elegir a una mujer como presidenta? Descifrado con Alexis Pichard, profesora de civilización estadounidense, investigadora política y de medios de comunicación en los Estados Unidos en la Universidad de París Nanterre, y Esther Cyna, profesora de historia de Estados Unidos en la Universidad de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines.
Los candidatos fracasaron donde “triunfó un anciano blanco”
“Cuando miramos las últimas elecciones, es innegable. Hillary Clinton y Kamala Harris fracasaron donde un anciano blanco, Joe Biden, triunfó”, dice Esther Cyna. Como señala, los tres candidatos son “muy comparables” desde el punto de vista de sus políticas, sus posiciones o incluso su retórica. “Estos son candidatos bastante “clásicos” del Partido Demócrata contemporáneo: centristas, económicamente liberales pero bastante abiertos a las cuestiones sociales. »
Para este especialista, el género de los candidatos también está “subestimado” en los análisis tras los resultados de las elecciones. “Creo que, conscientemente o no, una gran parte del electorado cree que un hombre está más calificado y es más competente para dirigir el país”, subraya, recordando “los innumerables ejemplos que han demostrado que Trump no era aptos para gobernar la primera potencia mundial.
Un techo de cristal “imposible de romper”
Por tanto, el “techo de cristal más alto y más difícil” sigue siendo “imposible de romper”, reconoce Esther Cyna. “Kamala Harris ya había roto una primera al convertirse en vicepresidenta, pero la presidencia parece intocable”, observa. Pensamos en la noche electoral de Hillary Clinton, que había anticipado un auténtico techo de cristal que se haría añicos en caso de victoria… y que sigue intacto, literal y figuradamente. »
Sin embargo, los dos candidatos demócratas no utilizaron la misma estrategia. “Hillary Clinton hizo campaña sobre el género, diciendo que sería la primera mujer elegida, enfatizando la cuestión simbólica e histórica”, subraya Alexis Pichard. Por mucho que Kamala Harris no lo haya jugado en absoluto. Intentó superar eso, vender algo más y sacar provecho de su experiencia. »
La investigadora añade: “El único que lideró una campaña racista y sexista fue Donald Trump. Constantemente devolvió a Kamala Harris a su tipo, una “mujer estúpida”, “un coeficiente intelectual de gorrión”, esencializándola, asegurando que una mujer era “incapaz de liderar la primera potencia del mundo”. Y también a menudo lo devolvía al color de su piel. Fue él quien presentó sus señas de identidad para movilizar a su electorado, mayoritariamente misógino, xenófobo y racista. »
Un punto que el profesor de historia estadounidense deplora. “Ciertamente, en el electorado de Trump hay un grupo masculinista representado en particular por Elon Musk o Andrew Tate. Pero lo que hay que subrayar es que todos los ataques sexistas y racistas del candidato no le molestaron. En cualquier caso, no fueron suficientes para cuestionar al electorado sobre su legitimidad, su moralidad y su competencia para gobernar. Para la mayoría de los estadounidenses –porque ganó el voto popular– no es un problema pronunciar discursos tan misóginos para ser presidente. Ya fue impactante en 2016, pero esta vez la violencia de los ataques contra Kamala Harris, y contra las mujeres en general, no tuvo precedentes. »
Una mujer, como un hombre, debe tener un programa.
Pero la derrota de Kamala Harris “obviamente no se debe sólo a su género o color de piel”, exclama Esther Cyna. “Simplemente no tenía una oferta política suficientemente elaborada”, dice Alexis Pichard.
Antes de ampliar: “Es realmente el Partido Demócrata el que no ha logrado movilizar a su electorado. Este último se declaró en huelga porque la oferta del partido no cumplía sus expectativas. Las personas interrogadas sobre su intención de voto lo dijeron con total transparencia: la cuestión del sexo del candidato surgió mucho después de las preocupaciones sobre lo que les quedaría para comer a final de mes. » Por último, “las mujeres políticas son “hombres como los demás”, deben tener un programa”, concluye.
En 2028, los demócratas no elegirán a una mujer
A pesar de todo, según los resultados de las votaciones, muchos estadounidenses –especialmente las mujeres estadounidenses– están “listos para tener un presidente”, afirma Esther Cyna, que pudo comprobar que fueron las mujeres educadas las que votaron más a los demócratas, y el 91 % de mujeres negras votaron por Kamala Harris. Alexis Pichard también señala que el candidato tuvo más éxito en la movilización que Hillary Clinton. Y continúa: “Ya en 2016, una gran mayoría estaba lista porque el candidato había ganado el voto popular. Sólo porque el sistema electoral se basa en los electores no llegó a ser presidenta. »
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¿Podremos entonces tener algún día un candidato demócrata al frente de la principal potencia mundial? Tal vez. Pero no en cuatro años, según Esther Cyna. Duda que los demócratas repitan la apuesta de proponer a una mujer para la carrera por la Casa Blanca.
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