La directora del centro de atención a la diabetes Marc Sankalé, la doctora Maimouna Ndour Mbaye, llamó la atención, el jueves, sobre el impacto del estrés en la salud física y, sobre todo, mental de las personas que padecen esta patología crónica.
”La diabetes afecta en gran medida la salud física y mental de las personas. En general, de cada tres diabéticos, al menos uno experimenta una angustia, una verdadera angustia, en cuanto se detecta la enfermedad”, declaró la señora Mbaye.
Participó en una rueda de prensa de la Asociación Senegalesa de Apoyo a los Diabéticos (Assad). Este encuentro con la prensa se organiza como antesala de la celebración del Día Mundial de la Diabetes, prevista para el 14 de noviembre, sobre el tema “Diabetes y bienestar”.
El Dr. Mbaye sostiene que la diabetes es una fuente de estrés. ”Uno de cada tres diabéticos le dirá que le cuesta mantener una actitud positiva respecto a esta enfermedad. Dos de cada tres diabéticos te dirán que temen sufrir complicaciones y que eso afecta su calidad de vida”, explicó.
”Así que, tan pronto como se anunció, el sujeto lamenta su buena salud. La diabetes, por sus manifestaciones, puede ser peligrosa para el individuo”, advierte.
Advierte que “el estrés aumentará las llamadas hormonas, como el cortisol”, mientras que “la adrenalina aumenta el azúcar en la sangre”.
“En los diabéticos, los niveles de azúcar en sangre permanecerán altos durante mucho tiempo, porque ya hay un área en la que las hormonas que deberían reducir los niveles de azúcar en sangre son deficientes”, añadió.
Esta situación se debe, según la Dra. Maimouna Ndour Mbaye, al empeoramiento de la enfermedad provocado por el propio estrés. Esto sucede indirectamente, porque un sujeto estresado puede estar menos motivado para cuidar su enfermedad y seguir su tratamiento, explica.
”El sujeto estresado también renunciará al manejo de esta infección, o se encontrará en un estado de
angustia moral. Las personas afectadas pueden reaccionar de manera muy diferente a la diabetes. Hay sujetos que se aislarán y negarán la enfermedad”, explicó.
”Nos encontramos con muchas personas que niegan esta infección crónica y que, lamentablemente, se exponen a complicaciones. Otros estarán angustiados, deprimidos. Otros, en cambio, se mostrarán más negadores, negándose a aceptar la enfermedad”, añadió.
Además, indica que “hay ciertas personas que dramatizarán en exceso, dramatizarán y analizarán, otras que trivializarán. Lo cual no favorece un buen manejo de esta infección.
Ante esta situación, Mbaye cree que “es importante que juntos podamos, colectivamente, unirnos para luchar contra esta enfermedad”.
“Lanzamos un llamamiento a las autoridades para que cumplan esta misión de servicio público, porque la salud es un derecho que corresponde a las autoridades que hoy deben acudir en ayuda de esta comunidad”, lanzó Baye Oumar Guèye, presidente de Assad.
”Queremos que las autoridades hagan de la diabetes una enfermedad social”, alegó M; Gueye, periodista.
“El setenta y cinco por ciento de los miembros de la asociación provienen de un grupo vulnerable”, afirmó, para justificar el interés en ayudarlos.
En este sentido, recordó la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de septiembre de 1975, que recomendaba a Senegal garantizar la atención a la comunidad diabética.
APS
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