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Anatomía del tráfico de drogas en un “punto caliente” de Bruselas

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Este archivo es ejemplar. Muestra las tensiones, amenazas y violencia que atraviesa este entorno donde la vida no tiene mucho valor. Esto arroja luz sobre cómo funciona este tráfico, como explicaron ante el tribunal de lo penal investigadores de la policía judicial federal (PJF) y de la policía local de Bruselas-Midi.

La investigación demostró que los dos acusados, Mohamed-Amine Dardour, entonces de 21 años, y su mano derecha, Youssef Jeddi, de 19 años, controlaban el tráfico de cannabis que se desarrollaba desde 2018 en la plaza Orban. También organizaron entregas de cocaína desde un apartamento en Etterbeek.

Este archivo es ejemplar. Muestra las tensiones, amenazas y violencia que atraviesa este entorno donde la vida no tiene mucho valor. Arroja luz sobre cómo funciona este tráfico.

Al principio, Dardour y Jeddi empezaron a vender ellos mismos drogas, unos 50 gramos al día. Luego reclutaron vendedores. La organización creció y las ganancias aumentaron. El comercio se ha vuelto más sofisticado y estructurado. Había tres perfiles: gestor, vigilante y vendedor.

Gerente, vigilante, vendedor

La misión del administrador (identificamos tres en este expediente) es recoger la mercancía en los lugares de almacenamiento (un apartamento en Etterbeek y otro en Anderlecht) y llevarla al lugar de venta (Place Orban). A cambio, estos directivos recuperan el dinero de las ventas y lo devuelven a los organizadores.

El papel del observador es principalmente observar al vendedor y comprobar si está haciendo su trabajo correctamente, si está trabajando bien para la organización.

El vendedor es el más expuesto. Su función es sentarse, esperar y vender. Hay turnos: de 12 a 18 horas por 50 euros, de 12 a 24 horas por 100 o 150 euros, según los interrogatorios policiales. Los vendedores explicaron que se sentían vigilados por los vigías. Hay una gran rotación entre estos vendedores porque son arrestados periódicamente.

Los vendedores fueron objeto de presiones y amenazas por parte de los dos organizadores. Estos últimos exigieron ver las actas de las audiencias para comprobar que no habían “soltado” ningún nombre. Estos vendedores también explicaron que fueron objeto de violencia, amenazas y confinamiento, especialmente cuando querían detener la venta.

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Dos lugares de retiro

La organización tenía dos lugares de retiro, que también eran lugares de almacenamiento: uno en Etterbeek, donde se guardaba el dinero y donde vivían los dos organizadores. Aquí gestionaban el tráfico en la plaza Orban. De aquí saldrán los envíos de cocaína. El segundo apartamento, en Anderlecht, era un sencillo lugar de almacenamiento de estupefacientes.

Cada día, la organización vendía de 100 a 600 gramos de cannabis a 10 euros el gramo y de 5 a 10 gramos de cocaína, vendida a entre 40 y 50 euros el gramo.

Uno de los directivos explicó que al salir de prisión por otros delitos optó por dedicarse al narcotráfico y luego se acercó a Dardour para contratarlo. Dardour y Jeddi, a medida que crecía el tráfico, comenzaron “tener hombros anchos y llevar una buena vida”explicó. Cuando este directivo fue detenido, Dardour dio a su padre 5.000 euros en efectivo para que pudiera contratar a un abogado. Este directivo no se hacía ilusiones: era para no dudar.

Detenido por segunda vez y sometido a un brazalete, ya no podrá acudir a la plaza Orban. Alquilará el segundo almacén en Anderlecht: el contrato de arrendamiento estaba a su nombre, pero Dardour pagó el alquiler y los gastos. También dice, al igual que los vendedores, que fue objeto de golpes y amenazas cuando quiso parar.

El segundo directivo confirmó su trabajo: trajo el “recargas” a “trabajadores” desde la plaza Orban, por 50 a 100 euros al día, para cuatro o cinco viajes al día. También denunció haber sido golpeado cuando él y los vendedores quisieron detenerse.

El tercer gerente explicó que en ese momento estaba buscado por la policía y que Dardour era el único que tenía “abrió la puerta”. Le alojó y, a cambio, trabajó para él. Él también fue el “central telefónica” por la cocaína que sale del apartamento de Etterbeek. Recibió llamadas a ambos teléfonos y envió a un repartidor a llevar la cocaína a la casa.

Un competidor que entra

Pero había un grano de arena en el engranaje: Soufiane Benali vino a vender cannabis en la plaza Orban por su cuenta. Lo cual no fue del agrado de Dardour y Jeddi, que iban armados. El 19 de mayo de 2020 se produjo un incidente con un arma. Mientras manejaba una metralleta Uzi dentro del apartamento de Etterbeek, Jeddi disparó por error una ráfaga de cinco municiones: los impactos se notaron en la persiana, la ventana y su soporte metálico.

En la plaza se producirán incidentes con Soufiane Benali que Jeddi y luego Dardour intentarán resolver. Sin éxito. Benali será entonces objeto de amenazas de muerte. Para mostrar su determinación, Dardour y Jeddi convocaron al hermano de Benali al apartamento de Etterbeek el 19 de junio de 2020 para discutir la situación. Durante esta reunión, Dardour supuestamente sacó la Uzi de un bolso y dijo, respecto a Soufiane Benali: “¿Quiere ir a la guerra? Mira lo que tengo”. Y Dardour aclaró que iba a matar a Soufiane o dejarlo discapacitado.

El mensaje fue claro. Bilal Benali tuvo que decirle a su hermano que dejara de vender en la plaza Orban. Soufiane Benali no se tomó en serio la advertencia. Un nuevo incidente estalló el 2 de julio de 2020 en la plaza Orban. Durante esta pelea, Soufiane Benali tuvo ventaja sobre Dardour y Jeddi.

Para este último, fue el colmo. El 5 de julio de 2020, poco después de medianoche, Soufiane Benali cayó bajo los disparos en el cruce de la calle Orban y la calle de Mérode.

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