Abdelaziz Ait Ali
Economista y jefe del departamento de investigación económica del Policy Center for the New South
Ante el auge global de las políticas proteccionistas, ¿cómo puede Marruecos transformar esta tendencia en una oportunidad? Abdelaziz Ait Ali, economista, destaca los sectores más expuestos y elabora un panorama de las oportunidades que Marruecos debería aprovechar para obtener buenos resultados.
¿Qué sectores son más vulnerables a las políticas proteccionistas en el mundo?
En cuanto a los sectores muy expuestos a este fenómeno, se suelen citar dos o tres, en particular los vinculados a las industrias del mañana, a saber, la economía verde y las tecnologías de vanguardia. La Ley de Reducción de la Inflación estadounidense, la Ley Industrial Net Zero europea y el programa chino 2035 tienen un fuerte componente de economía verde.
Cada potencia mundial persevera ya sea para preservar su ventaja comparativa, como China, o para alcanzarla, como Estados Unidos, o para reajustar su arsenal frente a la agresividad de otros socios, como la Unión Europea. La transición verde de la economía global implica un cambio hacia modelos económicos disruptivos, y la mayor parte del crecimiento futuro provendrá de este sector. Cada potencia mundial desea aprovechar esto y establecerse internacionalmente como un actor clave.
Así, detrás de los objetivos de la transición verde también hay objetivos puramente económicos y el mantenimiento de la hegemonía económica. El segundo sector en el centro de atención es el de las tecnologías avanzadas, en particular los semiconductores de última generación.
En este ámbito, el bloque occidental, bajo el liderazgo de Estados Unidos, mantiene su ventaja y busca impedir que China acceda a este know-how. El comercio de minerales raros también está sujeto a estas distorsiones, y los países que los poseen los utilizan como palanca estratégica.
China, por ejemplo, ha prohibido la exportación de ciertos productos cruciales para la fabricación de microprocesadores y productos ecológicos. Indonesia ha adoptado un enfoque similar y otros países amenazan periódicamente con utilizar esta estrategia para crear un ecosistema de mejora en su economía y ejercer presión sobre otras potencias.
¿Qué pasa con Marruecos?
Creo que debemos seguir muy de cerca estos acontecimientos y aprovechar todas las oportunidades. Ciertamente existen riesgos, porque no sabemos exactamente hacia dónde se dirige el mundo, pero están surgiendo oportunidades para Marruecos. De hecho, los chinos están más interesados que nunca en invertir y utilizar Marruecos como plataforma de exportación a los mercados europeos y americanos.
Marruecos aspira a desempeñar este papel de conector entre el bloque chino-asiático y Occidente. De hecho, se han anunciado numerosas inversiones en el sector del coche eléctrico, que difícilmente habrían sido posibles sin esta nueva configuración global, especialmente en sectores con alto potencial.
Con su acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, Marruecos está legítimamente posicionado para posicionarse como puerta de entrada al mercado estadounidense. Los subsidios proporcionados bajo la Ley de Reducción de la Inflación permiten que las economías con un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos se beneficien plenamente. Por lo tanto, las industrias asiáticas, y no sólo las chinas, están muy interesadas en esta ventana de oportunidad que ofrece Marruecos.
En mi opinión, Marruecos está en primera posición para aprovechar estos cambios globales y esta nueva dirección que hemos adoptado. El país puede aprovechar los avances logrados en las últimas décadas para fortalecer su integración en las cadenas de valor globales. Puede parecer contradictorio, pero la mejor respuesta al proteccionismo es una mayor apertura. La reorganización de estas cadenas podría incluso ofrecer nuevas oportunidades para nuestra economía.
¿Será suficiente la reorganización de las cadenas de valor globales para impulsar la economía marroquí a nuevas alturas?
Recordemos que Marruecos registra desde hace más de una década un crecimiento medio del 3 al 3,5%, respetable, sin duda, pero que sigue estando por debajo de las aspiraciones del país e insuficiente para crear oportunidades de empleo a gran escala. Estos cambios globales desdibujan las reglas de consenso, introducen incertidumbre, desestabilizan los equilibrios globales, pero en última instancia conducen a un nuevo equilibrio.
Para aprovechar las oportunidades que se ofrecen, debemos abordar los desafíos estratégicos que están frenando nuestro progreso. Las cuestiones del mercado laboral, la educación y su compatibilidad con las necesidades de la economía, así como el clima empresarial en general, deberían constituir, entre otras, el centro de las preocupaciones de nuestros responsables políticos. Ciertamente podemos superar y gestionar estas tendencias internacionales, pero no podemos eludir estos desafíos internos.
A partir de ahí, Marruecos puede reforzar su atractivo para las inversiones chinas, coreanas o asiáticas en general y permitir que los inversores nacionales se unan a estas empresas multinacionales que desean acceder a los mercados americano y europeo y consolidar su competitividad en un mundo donde la fragmentación va en aumento.
Maryem Ouazzani / Inspiraciones ECO
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