El número de muertos por las apocalípticas inundaciones de esta semana en el sureste de España llegó a 158 el jueves, mientras continuaban las búsquedas de personas desaparecidas. Aún se desconoce su número.
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31 de octubre de 2024 – 17:15
(Keystone-ATS) El informe anterior, que databa del miércoles por la tarde, indicaba 95 muertes, pero las autoridades no ocultaron que se podía esperar lo peor. La ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo el jueves por la mañana que todavía había “muchas personas desaparecidas”.
De este total, 155 muertes se produjeron sólo en la región de Valencia, con diferencia la más afectada por los torrentes de barro que asolaron esta región tan turística el martes por la tarde y durante la noche del martes al miércoles. A lo que hay que sumar dos fallecidos en la vecina provincia de Castilla-La Mancha y uno en Andalucía.
Sin embargo, el sol brilló el jueves, 48 horas después de la tragedia, produciendo un marcado contraste con el espectáculo de desolación que ofrecen todas las localidades de la zona. En Paiporta, un pueblo mártir de 25.000 habitantes en el suburbio del sur de Valencia, murieron al menos 62 personas, según la alcaldesa, Maribel Albalat.
La visita del Primer Ministro
Aún atónitos, los vecinos intentaron limpiar las calles, cubiertas de barro viscoso, en un auténtico escenario del fin del mundo. “No queda ningún negocio en pie”, dijo David Romero, un músico de 27 años.
De visita en Valencia, capital de la región del mismo nombre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, destacó firmemente que el episodio de mal tiempo “no ha terminado” y llamó a los habitantes de esta región a “quedarse en casa” y “no salir”.
Se refería a una “alerta roja” (nivel máximo de alerta sinónimo de riesgo extremo) lanzada el jueves por la mañana por la Agencia Nacional de Meteorología (Aemet) para determinadas zonas de la provincia de Castellón, situada justo al norte de la de Valencia, donde cayeron fuertes lluvias. . Sin embargo, la alerta se levantó por la tarde.
Soldados en el suelo
Más de 1.200 militares están desplegados sobre el terreno, principalmente en la Comunidad Valenciana, junto a bomberos, policías y socorristas que buscan localizar a posibles supervivientes y trabajan para despejar las zonas del desastre.
Sánchez subrayó que “la prioridad” era encontrar tanto a “las víctimas como a los desaparecidos”, de nuevo sin especificar el número. La llegada de Sánchez a Valencia, donde visitó el Centro de Coordinación de Ayuda (Cecopi), coincidió con el primero de los tres días de duelo nacional decretado por el gobierno de izquierda español.
El presidente del Gobierno estuvo precedido en Valencia por el líder del Partido Popular (PP, oposición de derechas), Alberto Núñez Feijóo, que acudió para apoyar en el banquillo al presidente regional, Carlos Mazón, miembro de su partido. desde el miércoles debido a un aparente retraso en alertar a los residentes.
Según las autoridades, miles de personas siguen sin electricidad en la región. Muchas carreteras también permanecen cerradas, mientras que innumerables accidentes de coche cubren las carreteras, cubiertos de barro y escombros.
noche de pesadilla
“Nunca pensé que viviría esto”, dijo a la AFP Eliu Sánchez, vecino de Sedavi, un pueblo de 10.000 habitantes en las afueras de Valencia, relatando una noche de pesadilla.
Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, precisó también que los socorros habían logrado llegar a todas las zonas afectadas, mientras que varios pueblos permanecían aislados del resto del país durante buena parte del miércoles.
Los trenes de alta velocidad entre Madrid y Valencia, suspendidos desde el miércoles, permanecerán así al menos durante “dos o tres semanas”, indicó el ministro de Transportes, Óscar Puente.
Según Aemet, durante la noche del martes al miércoles cayeron más de 300 litros de agua por metro cuadrado (o 30 cm) en varias localidades de la Comunidad Valenciana, con un pico de 491 litros (49,1 cm) en el pequeño pueblo de Chiva. Esto es el equivalente a “un año de precipitaciones”, dijo.
« Gota fría »
La Comunidad Valenciana y la costa mediterránea española en general experimentan periódicamente, en otoño, el fenómeno conocido como “gota fría”, una depresión aislada a gran altura que provoca lluvias repentinas y extremadamente violentas, a veces durante varios días.
Los científicos dicen que los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor y tormentas, son cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático.
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