Si este equipo de Toulouse, muy renovado y rejuvenecido, ha carecido de eficiencia durante demasiado tiempo como para esperar ganar, las promesas han demostrado una vez más que el futuro puede ser dorado.
A partir del jueves, en conferencia de prensa, Léo Banos anunció el color: “Sabemos lo que nos espera: un gran partido”. Era imposible demostrar que estaba equivocado, dado el contexto de esta reunión. Ciertamente, doce puestos separaban a los dos equipos antes del inicio, pero teníamos que centrarnos en el resto. Tanto la ausencia de la mayoría de los dirigentes del Toulouse (ver figura abajo), como el shock que supuso en Lyon la llegada de Karim Ghezal, con la esperanza de relanzar una dinámica positiva.
Baños era precisamente consciente de esto: “El Lyon no está bien posicionado en la clasificación, estará bajo presión porque debe ganar”. Pero el tercero también advirtió: “Aunque haya un cierto número de jóvenes de nuestro lado, vamos a ganar. Queremos hacer todo lo posible para seguir siendo primeros en el campeonato”. Él, precisamente, fue por tanto más responsable, como muchas promesas del Toulouse que ya no están, que saben responder cada vez que se les espera. Y seguramente no es el inicio del partido lo que iba a contradecir sus palabras, como sí lo hizo. Stadistes mostró muchas intenciones de juego desde el principio.
Así, el primer try de los Rojos y Negros, después de una acción colectiva sublime, llegó gracias a un penalti ejecutado rápidamente con la mano por Paul Graou, que concluyó la acción en el minuto 9. El tono fue ofrecido… ¿Y la secuela del mismo tipo? Sobre las ganas de producir, sí, a pesar de grandes dificultades en el aire y de algunos errores inusuales, sobre todo en la alineación. ¿El problema? Esto se debe a que, en este deporte, también hay que saber ser eficiente, más aún cuando faltan ejecutivos con talento superior, aquellos capaces de darle la vuelta a un partido en cualquier momento.
La entrada decisiva al banquillo
Interrogado durante el primer periodo ante el micrófono de Canal +, el directivo Ugo Mola lamentó: “Afuera, no deberías cosechar demasiado”. El técnico se refería a los tiros fallidos de Blair Kinghorn, al balón arrebatado de los brazos a Clément Vergé a tres metros de la portería contraria o al delantero de Naoto Saito en una jugada.
En estas condiciones, es difícil estar a la altura de las ambiciones, aunque no haya nada que reprochar a los estadistas en términos de compromiso. Así, en este encuentro ya no anotaron ni un solo punto hasta el minuto 60 (penalti de Kinghorn). Permitiendo a los Lyonnais tomar la delantera en el marcador. Pero si hay una virtud eterna en Toulouse es la de poseer siempre recursos. Y los márgenes del Stade fueron colosales, empezando por los tres “niños” en primera línea (Bertrand, Lacombre y Hawkes). A su paso, los visitantes volvieron al nivel tras el try de Théo Ntamack (65º). No lo suficiente para ganar y mantener la presidencia, pero sí lo suficiente para demostrar que la juventud de Toulouse tiene días brillantes por delante.
6 internacionales del Toulouse de baja
El Stade Toulouse tenía de vacaciones a cinco de sus internacionales para este encuentro: Antoine Dupont, Thomas Ramos, François Cros, Julien Marchand, Matthis Lebel y Romain Ntamack. Cabe destacar que Rodrigue Neti, Dorian Aldegheri, Thibaud Flament, Jack Willis, Santiago Chocobares o Pierre-. Louis Barassi también se salvó y no anotó. En total, se realizaron catorce cambios en el XV inicial en comparación con el victorioso en Exeter el fin de semana anterior.
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