Lo primero que te llama la atención es el silencio. En las calles del centro de la ciudad de Magdeburgo (Sajonia-Anhalt), el sábado 21 de diciembre, casi sólo resuena el crujido de las maletas con ruedas de quienes se apresuran a regresar a casa para pasar las vacaciones con sus familias. Se cortó la música y cesó el bullicio navideño. Buscamos en vano el olor familiar de las salchichas asadas, los gofres y el vino caliente, característico de la temporada. Las casas del mercado navideño han mantenido las contraventanas cerradas y no volverán a abrir, indica el municipio.
Magdeburgo lamenta la tragedia de la víspera: un hombre con intenciones aún poco claras, médico de origen saudí que ejerce en la región desde 2006, refugiado político, lanzó su coche a toda velocidad contra la multitud reunida en uno de los principales mercados navideños de la ciudad. Cinco personas murieron, entre ellas un niño, y 200 resultaron heridas, según el último informe.
Cerca de la estación de tranvía de Alter Markt, no lejos del Elba, los habitantes acuden continuamente a rezar. Fue en este lugar, el único que no estaba protegido por un bloque de hormigón, donde el BMW de alquiler entró en el mercado y acribilló a la multitud durante 400 metros, antes de ser detenido por la policía. En el suelo todavía están los guantes de goma que usaron los paramédicos, sus bolsas de emergencia y mantas de supervivencia. Detrás de las cintas de seguridad, los transeúntes intentan reconstruir la loca carrera del vehículo.
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