Al llegar el viernes por la tarde a Francia, donde vive su familia y donde su arresto había provocado una gran solidaridad, Paul Watson se apresuró a ofrecer una rueda de prensa tras su liberación. “Vamos a poner fin a la caza de ballenas en el mundo, de una forma u otra”, prometió el activista estadounidense-canadiense de 74 años.
“Continuaremos nuestras misiones. Nos opondremos a la caza de ballenas en Islandia y, si Japón intenta regresar al santuario ballenero antártico, estaremos allí”, dijo a los medios de comunicación al margen de un evento organizado en la Place de la République para celebrar su liberación. Figura internacional en la defensa de las ballenas, estuvo detenido en Groenlandia durante cinco meses, antes de que Dinamarca rechazara una solicitud de extradición de Japón.
Listo para partir
Este sábado también dijo que tenía prisa por “pasar la Navidad con (sus) hijos” y ver a sus nietos por primera vez en seis meses. “Es mi prioridad, pero volveremos al mar”, prometió. La asociación Sea Shepherd “tiene un barco en las Bermudas, que irá a Islandia el próximo mes de junio. También tenemos un barco en Australia listo para regresar al santuario antártico si Japón se va”.
Por su parte, la presidenta de Sea Shepherd Francia, Lamya Essemlali, presente junto a él durante la rueda de prensa, precisó que Paul Watson “recibió más de 4.000 cartas en prisión, incluidas más de 3.000 de Francia”. “Ha habido más cartas de apoyo de ciudadanos japoneses que de ciudadanos australianos”, declaró también, indicando que “menos del 2% de los japoneses comen carne de ballena” y que la asociación “no tiene nada contra el pueblo japonés”.
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