Roland Fernández, un jubilado de 72 años afincado en Chorges, ha tenido que conformarse con 680 euros al mes durante un año por un conflicto administrativo con Carsat. Te lo explicamos todo.
Las pensiones pequeñas en Francia siguen siendo motivo de preocupación, en particular para las personas mayores que dependen de la pensión mínima de vejez, oficialmente conocida como Asignación Solidaria para Personas Mayores (Aspa). Este sistema, destinado a garantizar un ingreso mínimo a los jubilados con bajos ingresos, sigue siendo vital para miles de franceses.
Sin embargo, determinadas situaciones administrativas pueden hundir a estos beneficiarios en situaciones financieras precarias, como lo demuestra la historia de Roldán Fernández, un jubilado de 72 años que vive en Chorges, en los Altos Alpes.
Una vida trastornada por la suspensión del subsidio
Desde hace un año, Roland Fernández sobrevive con sólo 680 euros al mes, como se explica BFMTV. La suspensión de su Aspa, lo que le trajo aproximadamente 500 euros adicionales, transformó su vida diaria en una lucha constante para llegar a fin de mes. “Me levanto, cocino y me siento en el sofá frente al televisor, en eso consisten mis días. Me siento como si estuviera en prisión”. él confía. ¿El motivo de esta suspensión? El hallazgo de la Caja de Seguros de Jubilación y Salud Ocupacional (Carsat) un folleto no declarado, que contiene varios miles de euros de la venta de una casa en Montpellier.
El resto después de este anuncio.
Roland Fernández, sin embargo, cuestiona la percepción de este dinero como ingreso disponible, afirmando que estaba destinado a criar a sus dos hijos. “Mi hija se fue a estudiar a España, tuve que pagarle. También están los gastos de viaje, la compra de un coche para mi hija, el pago de la cantina de mi hijo, los gastos de viaje, la ropa. Carsat considera que con el dinero de mi Livret A podría vivir mientras este dinero ya ha ido a parar a mis hijos. explica.
Una deuda que agrava su precariedad
El jubilado también debe reembolsar cerca de 6.000 euros de cantidades cobradas indebidamente entre 2018 y 2023, debido a la omisión de declaración de su folleto A. Cada mes, 60€ de sus magros ingresos se deducen para saldar esta deuda, situación que se espera que dure hasta 2032. La situación es cada vez más insostenible. Roland Fernández incluso teme no poder pagar el alquiler. Afortunadamente, su hija, de 22 años, le ofreció una solución: “Ella me dijo ‘vendrás a vivir con nosotros’, así que por suerte está aquí”.
El resto después de este anuncio.
Mientras espera una resolución de su caso, Roland Fernández cuenta con la ayuda de sus seres queridos. “Como tengo muy buena relación con la madre de mis hijos, ella me trae comida de vez en cuando”, explica. La vergüenza, sin embargo, le impide buscar más ayuda exterior, como la de Secours Populaire. “Fui una vez al Secours Populaire, pero ya no voy porque me da vergüenza”. admite, antes de añadir: “Es difícil encontrarse así después de haber trabajado toda mi vida”. Para mejorar su situación, planea volver a trabajar. “Creo que voy a preparar unas tablas de aperitivo en la cocina. No es un trabajo demasiado difícil, de lo contrario no habría podido hacerlo. Sabes, soy una persona valiente, cuando tengo que ir allí. No me queda otra opción”, añade con una determinación teñida de resignación.