Varios profesionales sanitarios han sido sancionados en el último año por haber consultado sin autorización cientos de datos personales de pacientes, una señal de que el fenómeno va en aumento desde la llegada de los registros digitales.
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“Se necesita una mayor concienciación para que el mensaje llegue y sanciones más severas”, defiende el experto en ciberseguridad Steve Waterhouse.
Añade que “nunca sabremos el alcance” de las consultas ilegales de registros médicos, mientras no haya “una mayor vigilancia” dentro de la red sanitaria.
Por correo electrónico, la Orden de Enfermeras Auxiliares de Quebec confirma haber “observado un aumento de los casos de consulta no autorizada de los expedientes personales de los pacientes” y haber enviado un recordatorio a sus miembros sobre sus responsabilidades.
Buscando en el expediente de su ex
En 2024, media docena de profesionales fueron multados por su orden profesional, a menudo por haber consultado los expedientes de ex cónyuges o amigos.
Es el caso de la enfermera Isabelle Cyr en Quebec, que consultó información confidencial de su excónyuge durante cuatro años, llegando incluso a revelar los medicamentos que tomaba.
Buscó en el Dossier Santé Québec (DSQ) y en el expediente médico del Instituto Universitario de Cardiología y Neumología de Quebec, mientras estaban en conflicto por la custodia de sus hijos.
En Montreal, la asistente de enfermería Carla Vanessa Chauvel revisó el expediente de un antiguo conocido “para asegurarse de que no padecía ninguna infección de transmisión sexual”.
Fueron suspendidos durante cuatro y dos semanas cada uno.
Hasta 200 archivos
La enfermera auxiliar Thai Ngoc Quyen Nguyen fue inhabilitada durante tres meses por haber realizado más de 200 consultas ilegales en una clínica de Laval. Ninguno de los expedientes era de pacientes, sino de un ex cónyuge, compañeros de trabajo y amigos.
La enfermera auxiliar Sonie Eugène, en Montreal, fue inhabilitada durante dos meses este año por haber consultado sin autorización los expedientes de una docena de familiares y amigos.
Realizó una treintena de consultas ilegales, pero “como no [divulguait] no la información consultada, sino [croyait] luego, por error, no cometer una infracción ética”, escribe el Consejo de Disciplina en su decisión.
“No funciona”, brama Paul Brunet, del Consejo para la Protección de los Enfermos. Necesitan comprender la importancia y la seriedad [de ces gestes].»
Clave de retraso
Un farmacéutico de Joliette, Michael Guay, también recibió una inhabilitación de dos meses por haber consultado información personal sobre un ex cónyuge, en más de 40 ocasiones, y sobre dos de sus conocidos.
Además, admitió “haber dejado ya su clave DSQ [Dossier santé Québec] en su estación de trabajo y haber dejado su contraseña a los empleados de la farmacia”.
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