El acto final de Joe Biden: rediseñar el mapa geopolítico y consolidar el dominio estadounidense en medio de la agitación en Oriente Medio

El acto final de Joe Biden: rediseñar el mapa geopolítico y consolidar el dominio estadounidense en medio de la agitación en Oriente Medio
El acto final de Joe Biden: rediseñar el mapa geopolítico y consolidar el dominio estadounidense en medio de la agitación en Oriente Medio
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Par Simon Pascal Alain HandyAnalista Político y Geoestratégico, Ex Asesor Especial del Subsecretario General de las Naciones Unidas.


La ironía de los recientes acontecimientos en Siria es sorprendente. El nuevo líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), un grupo conocido por sus afiliaciones con el Estado Islámico (ISIS) y Al-Qaeda, ha tomado el poder. Este individuo, con una recompensa de 10 millones de dólares por su cabeza y un pasado marcado por atrocidades indescriptibles, está designado como terrorista por las Naciones Unidas. Sin embargo, Occidente parece celebrar su ascenso, presentándolo casi como un demócrata jeffersoniano. Esta historia, que transforma a un notorio terrorista en un defensor de la democracia, pone de relieve una preocupante inconsistencia en las políticas occidentales. ¿Cómo se puede alinear una figura así con los valores democráticos proclamados? La paradoja es obvia.

En una Francia febril, donde hemos inventado cuidadosamente un delito de apología del terrorismo hecho a medida para enmascarar la islamofobia ambiental y silenciar cualquier voz discordante en Gaza, la coherencia dictaría que enviáramos a prisión a todos los comentaristas que hoy están contentos con la situación. en Siria. Porque, por una vez, realmente tenemos a un terrorista en el poder, y no a un “terrorista” casual, sino a un hombre con un amplio historial de terrorismo y un precio a su cabeza.

En este contexto, la presidencia de Joe Biden termina con una nota que redefine profundamente la geopolítica. A pesar de la devastación en Gaza y de lo que muchos describen como el exterminio de los palestinos, la administración Biden se está afirmando como un actor clave en la reorganización de Oriente Medio. Hezbollah ha sido diezmado; Hamás se ve privado de líderes tras asesinatos selectivos, lo que deja al primer ministro israelí Netanyahu (cargado con una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad) a buscar desesperadamente nuevos objetivos sin éxito. Irán, un actor central en la región, se encuentra gravemente debilitado, sus sistemas de defensa aérea destruidos a pesar de la ayuda rusa y su capacidad para apoyar a Hamás y Hezbolá se ha reducido considerablemente.

Al mismo tiempo, la caída de Bashar El-Assad vuelve a hundir a África en un movimiento pendular entre Oriente y Occidente, que recuerda el apogeo de la Guerra Fría. Esta repentina y rápida debacle debe hacer reflexionar a los aliados de Moscú en África, que de repente se encuentran desnudos y estupefactos frente al pandemonio ruso-sirio. Este giro geopolítico también tendrá consecuencias en las cancillerías africanas, acostumbradas a los misterios del servilismo internacional, siempre en busca de un nuevo amo. El paraguas de seguridad de Moscú ahora parece extremadamente tenue, atravesado por agujeros del tamaño de un queso suizo.

Mientras tanto, Rusia, atrapada en Ucrania y debilitada por las sanciones internacionales, está viendo colapsar sus ambiciones globales. Los escasos recursos y el poder disminuido de Moscú han dejado vulnerable a su aliado sirio, el régimen de Assad. La administración Biden pudo sacar provecho de estos trastornos, demostrando la duradera supremacía geopolítica de Estados Unidos. El mensaje es claro: en la lucha por la dominación global, subestimar a Estados Unidos sigue siendo un error peligroso. Si bien las ruinas de Gaza y la crisis humanitaria allí arrojan una sombra sobre la narrativa moral, el éxito estratégico de Biden al debilitar a sus adversarios y remodelar las alianzas subraya el profundo impacto de su presidencia. Los cambios tectónicos en Medio Oriente indican que el panorama geopolítico se ha transformado fundamentalmente. Lecciones aprendidas: En esta batalla por la influencia global, Estados Unidos continúa afirmando su posición de poder inigualable, con visión estratégica y ejecución implacable. El resultado aún está por verse, pero el legado de Biden como figura transformadora de la geopolítica moderna ya está tomando forma.


Simon Pascal Alain Handy

Autor de “El ABC de la Asamblea General de las Naciones Unidas: Navegando los desafíos globales en un mundo fragmentado”. Mira el libro aquí

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